Volví a estar en mis pensamientos, noche tras noche, pero no sentía la misma felicidad de antes. Me daba miedo contarle a mis amigos sobre lo que me sucedía, hasta que perdí el miedo y lo intente.
- Alice, tengo que contarte algo, pero me asusta, no quiero que lo tomes mal ni pienses que estoy loca.
-Confía en mí, no le diré a nadie- dijo, mientras tomaba su tomaba su café.
Entonces comencé relatando lo sucedido, hasta el más mínimo detalle, ella puso todo su atención en mí. Las voces de la cafetería se iban apagando de a poco, ya era tarde y la luz del sol poco a poco fue desapareciendo. "Ring" "Ring", así sonaba su teléfono, Alice contestó. Vi como sus ojos se apagaban lentamente y su rostro mostraba una palidez como la nieve.
-Tengo que ir a ver a mi hermana, acaba de sufrir un accidente.
-Oh! Es terrible, quieres que te acompañe? - Dije, mientras tomaba mi bolso.
- No, no te preocupes, te llamaré cuando esté en el hospital- respondió, se despidió de mí. Estaba muy preocupada.
Seguía bebiendo mi café, empecé a reflexionar sobre mi vida mientras miraba la ventana, no existía nada que me interrumpiera. Tengo pocos amigos y mi vida es algo monótona, uno de mis hobbies es dibujar. Quiero entrar luego a clases, es mi ultimo año aún no decido que estudiar, me interesan varios temas, por ejemplo, historia, arte y matemáticas. A través del vidrio, observaba a las personas, reían, lloraban o simplemente contemplaban las montañas.
Sentí la puerta de la cafetería abrir y cerrar muchas veces, pero está vez tome más atención. Por ella, pasó un chico alto, sus cabellos flotaban en el aire, mostraba una sonrisa diferente a la mía, sus pasos mostraban seguridad, inmediatamente se sentó junto conmigo.
- No te molesta que me siente en esta mesa? - dijo mientras miraba el menú.
No supe que contestar, no entendía lo que sucedía. Sentí por un momento, un calor extraño en mi piel.
