Seres De La Noche

3.8K 50 3
                                    

-Ya van tres meses, tres malditos meses sin encontrar contacto con un humano, sin poder hablar con tranquilidad, sin poder sentir otra sensación que no sea dolor o temor. Pero aun sigo buscando, no me he rendido, se que hay alguien por ahí que necesita mi ayuda, que se siente igual que yo...sola.

***

Salí del gran edificio en donde me alojaba, mire con tranquilidad los pocos rayos de sol que daban a la ciudad y camine con las armas necesarias por si me atacaban, tenia que darme prisa si quería regresar viva a casa.

Suspire de alivio al ver un súper mercado a dos cuadras, corrí hasta el. Llevaba dos días sin comer porque no quería encontrarme con alguno de esos seres de la noche, tampoco es que les tuviera miedo. Tome un carrito y eche en el todo lo necesario para sobrevivir una semana, subí las cosas en una camioneta plateada y acelere todo lo que pude... el sol se estaba ocultando.

Llegue a casa y acomode todo. Vivía en lo alto de un edificio donde apenas los rayos del sol se hacían visibles por las mañanas y eso me daba mas seguridad, desde que aquellos moustros se hicieron presentes todo cambio, cada ves ellos se multiplican y nosotros disminuimos, ya sea por medio de una mordida- te inyectan su veneno y despiertas como un no muerto-o simplemente ellos te drenan toda la sangre y jamas vuelves a despertar. En lo particular prefiero la sengunda, son criaturas de alma-si es que tienen una- de alma perversa, no sienten, son moustros y aunque son muy ágiles, jamas querría ser una.

Para distinguir uno de un humano es sencillo, su piel es tan blanca, sin color, no tiene pulso, sus colmillos son largos y afilados al igual que sus uñas, sus ojos son rojos como la sangre y su belleza es incomparable, son fuertes y ágiles, tan difíciles de matar...

Lo que funcionaba mas para deshacerse de uno era quemarlo, degollarlo o una estaca en el corazón, la luz del sol no la soportan, su fuente es la oscuridad, clavarles una estaca los inmoviliza por un tiempo y el agua bendita apenas les hace un raspon.

Después de comer como cerdo, cerre todas las ventanas, asegure la puerta y me dí una ducha rápida, para después apagar todas las luces e irme a dormir.

Me levante agitadamente, de nuevo había soñado que me mordia un asqueroso vampiro, odiaba soñar con eso ya que parecía todo tan real...

Me sobresalte al escuchar un sonido, no perdí mas tiempo y salí de la cama, me puse mi ropa de cazadora que constaba en unos jeans negros al igual que la blusa, la cazadora y las botas, así me confundía con la noche, también agarre todas mis armas y una mochila llena de comida que ya tenia preparada, y me dispuse a salir del departamento.

Iba bajando con gran sigilo las escaleras de caracol, cuando lo volví a escuchar. Ellos me habían encontrado... corrí de regreso, no tenia otra escapatoria mas que la azotea así que subí hasta ella.

-Si, tenias razón Patrick hay un humano aquí- escuche decir a uno, corrí mas rápido, me estaban alcanzando.

Llegue a la azotea y cerre rápidamente la puerta, puse una barra metálica en ella, pero sabia que eso no los detendria por mucho tiempo así que me apresure y tome mi gancho, lo lance a el edificio de al lado pero se rebalo, lo intentente por segunda ves y este si se sujeto.

-Abre la puerta ¡maldito humano!- dijo otro de ellos, no dejaban de golpear la puerta frenéticamente hasta que esta cedió.

Con un nudo en la garganta me subí a la cuerda para llegar al otro extremo, sentía que su mirada me atravesaba y me dí prisa, cuando iba llegar al otro lado uno de ellos corto la cuerda, ahogue una exclamación pero logre sujetarme de la orilla, subí como pude hasta poner los pies en el cemento, me gire para ver la expresión de aquellos idiotas, eran cuatro, todos jóvenes y majestuosos, pero aquellos ojos rojos llenos de ira y los largos colmillos que les de formaban el rostro lo arruinaban. Detuve la mirada en uno, el también me veía, pero no como los otros, ellos me veían como su cena y el como...

Deje de pensar mas ya que ellos con un brinquito podían alcanzarme, acelere el paso y baje por el asesor del edificio, todo estaba tan oscuro, entre a una calle pero me dí cuenta que estaba cerrada...un callejón.

-¿A donde bonita?- me pregunto uno, gire bruscamente para encontrarme con los mismos del edificio. Pero solo había tres.

-¡Larguense si no quieren problemas!- escupi histerica

Ellos rieron y me rodearon aun mas, tome mi arco y lance una estaca a gran velocidad a el de la derecha

-¡Mario!- grito el otro - me las pagaras estúpida, pensaba en transformarte y tener la inmortalidad, pero has matado a mi hermano y ahora te dejare tan seca como a una pasa.

Se avalanzo contra mi, saque mi daga y la clave en su pecho, se retorcio de dolor y me tiro al piso con su peso muerto, lo avente a un lado y saque mi daga de su pecho...aun me faltaba otro.

-Cazadora- dijo friamente

-Vampiro- dije imitando su tono de voz

A gran velocidad se acerco a mi aprisionandome contra la pared llena de moho, aprentando mi cuello cada ves mas.

-Eres muy bonita para ser mortal- dijo la cosa frente a mi, me soltó el cuello, tome una bocanada de aire y el junto sus deformes labios con los mios...

-¡me estaba besando! dios, que horror- pense asqueada, yo no le correspondí por supuesto, aproveche la oportunidad y lo patie en la entrepierna, se arrodillo de dolor, pero sabia que no es el mismo dolor que sienten los hombres humanos, era mucho menos doloroso para esos chupasangre.

-Aprende a no jugar con la comida- dije ruda

Salí del callejón rápidamente pero choque contra algo o alguien... era el, el cuarto vampiro, el que me observo diferente.

Me miro detenidamente, con esos ojos color zafiro, no tenia colmillos, los podían ocultar cuando se les daba la gana, no podía explicar porque sus ojos no eran color carmesi, su piel era blanca, pero no tan blanca como los otros vampiros y su pelo era negro y lacio, era tan hermoso...pero no podía dejarme engañar.

-¿Piensas quedarte toda la noche mirandome?- dije sacando mi daga de una bota.

-Claro, porque no- dijo dibujando una sonrisa en su rostro

-¿No vas a comerme?- le desafie

-¿Quieres que lo haga?- enarque una ceja, ¿eso era una pregunta?

-Adelante, hazlo y te mueres- dije apuntandole con la daga

-¿Eso es una amenaza?- pregunto divertido

-Tomalo como se te de la gana- dije secamente

Se acerco a mi tomo mi daga y se la enterró a el vampiro del callejón, el cual estaba apunto de morderme. Le mire con la boca ligeramente abierta.

-¿Porque no dejaste que me matara?- murmure, pero la respuesta era simple, me quería para el solo- ¡Matame de una vez!- ya no tenia armas y no me gustaba como estaba jugando conmigo, me miro serio y se acerco aun mas, dejando su rostro a escasos centímetros del mio

-Si quisiera matarte, ¿no crees que ya lo hubiera hecho?- susurro en mi oido

-¿Acaso me violaras antes de asesinarme?- dije acusadoramente, se que la pregunta era estúpida pero que mas podía esperar de un vampiro

Rodó los ojos y me tomo de la muñeca, pero como vio que no me movía tiro fuertemente.

-¡Aah! sueltame- grite molesta, no me soltó, siguió caminando, me tire a el piso en donde ya no podía jalarme.

-como quieras- dijo frustrado, me tomo de la cintura y me elevo hasta cargarme en sus hombros

-¡Que demonios! ¡bajame!- lo golpee en la espalda y lo patee, pero el se inmuto- por lo menos dime a donde me llevas...- dije cansada y con los ojos entreabiertos, el sueño me estaba venciendo, sabia que una cazadora no podía dejar que un vampiro se saliera con la suya pero el...el era diferente o eso intuía, y poco a poco caí en los brazos de morfeo...

Seres De La NocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora