Única parte

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Ella observaba en silencio la ventana mientras la luz de la luna se colaba por las cortinas e iluminaba la habitación de la rubia.
Alargó la mano y agarró un portarretratos con tisteza. Acarició al pelirrosa que aparecía a su lado en la fotografía.

-Natsu...-susurró. Una lágrima rodó por su mejilla, se la apartó de un manotazo y volvió a mirar por la ventana.

Por la calle un niño paseaba con su madre de la mano. El niño tiraba de su brazo y reía.

-¡Vamos, mamá!- parloteó con acento infantil -. ¡Quiero ver a papá!

La Heartifilia rió internamente ante la tierna escena; era lógico que en Noche Buena las familias se reunieran.

Un toque en su puerta la hizo volver a la realidad. Giró la cabeza y con un simple adelante la persona al otro lado del portón se introdujo en la habitación.

-Hola Gray- susurró la rubia -. Juvia, Erza, me alegra veros.

Sonrió tristemente y volvió a mirar por la ventana. El mago de hielo se acercó a ella y se sentó a los piés de la cama. Juvia lo imitó y acarició tiernamente el cabellos rubio de Lucy.

-Lucy- llamó Titania -, ven con nosotros a celebrar Navidad.

La maga celestial negó con la cabeza. Hacía ya mucho tiempo que había dejado de celebrar. Desde hacía ya 3 años, el último día que lo vió, la Heartfilia no había sonreído iguál.

-¿Crees que pensará en nosotros?- Gray la miró con pena; él también había sufrido la ausencia de su amigo. De hecho, lo seguía haciendo. Pero eso solo lo sabía él.

-Juvia cree que Natsu-san volverá- acarició su espalda con ternura -. Juvia lo cree, de verdad. Pero, Lucy-san, porfavor, venga con nosotros.

La Heartfilia miró a la peliazul y suspiró. Volvió a negar con la cabeza y sonrió.
Erza se rascó la nuca y tensó la mandíbula. Odiaba ver a Lucy así; ella siempre había sonreído, y ahora era extraña la vez que hablaba. Ella era su nakama y no la gustaba encontrarse impotente frente a la situación.

Desde que Natsu se marchó después de descubrir que él era E.N.D. todo había sido un cáos. Todo era como una espiral en la que se ahogaban.
Desde luego, la vida nunca te da lo que quieres. Aquellas personas que más merecen la felicidad son las que más sufren, pero bueno, así son las cosas para Fairy Tail.

-Chicos, iros ya. Llegaréis tarde- se sentó en el colchón y posó las manos sobre sus rodillas. Gray se levantó y salió del cuarto murmurando toda clase de maldiciones y palabrotas; se encontraba iguál que la Scarlet.

Juvia le dió un abrazo a Lucy en forma de despedida a la vez que intentaba reconfortarla de algunan forma. Por lo menos así no se sentía inútil del todo.

-Pasa buena noche, Lucy-san.

Después de esas palabras, los tres magos intrusos desaparecieron tras la puerta por la que habían entrado a la habitación.
Por su parte, Lucy se dirigió hacia su escritorio para escribir algo en un pedazo de papel que había comenzado 3 años atrás.

Feliz Navidad, Natsu.
Te quiero.


De esa forma sentía poder hablar con él.
Miró el libro con tapa negra y lo acarició.

-Buenas noches Natsu.

Volvió a su cama para refugiarse bajo las sábanas rosas que la cubrían.
Dispuesta a dormir, cerró los ojos y giró su cabeza hasta encontrarse en una postura cómoda.

Solo un sueño » NaLu.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora