El amor no es el eden

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Susurrando todas ellas están, con el mismo afán, gritan y se alteran cuando tu te vas, tu rostro las desquicia y las tranquiliza porque así caen en el limbo infinito de la cual es poseedora Venus, caen en un limbo, un limbo de frenética obsesión, emanan locura por ti, tu hermosura, y tu divina gesticulación al hablar.

Piden clemencia, ignorarlos es lo peor que les puedes hacer, se despedazan para así transmitir al sufrimiento físico, tu, al posar la mirada en una de ellas quedan sin conciencia de los sucesos.

Huyen despavoridos de los querubines que los hacen caer en ese vacío tan especial que en ocasiones la muerte es mas clemente que el amor, Narciso es envidiado por su enamoramiento, el, se corresponde a si mismo mientras tu no amas.

Tu no tienes piedad, tu eres la vanidad, tu eres excepcional, tu eres la belleza en su más puro estado, destacas de toda forma de vida.

Poesía bajo un puenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora