Parte 1 No es el inicio, pero si el principio

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Eran las 10 am  y yo me estaba congelando de nervios ¡Maldición! por que siempre soy tan nerviosa!! nerviosa para ir al medico, nerviosa para ir cambiarle algún producto al sr. del market, nerviosa para pedir permiso a mi madre y para variar nervios por mi primer día de clase...

Soy Nia tengo 16 años y aunque parezca tonto, no quiero ir a mi primer día de clases por miedosa!, verán voy a primero de Bachillerato, y me cambiaron de colegio , estudiaba en un colegio femenino y ahora y iré a uno de hombres y mujeres, no suelo estar acostumbrada a tener contacto con hombres, no me gusta, simplemente me pone tensa... Me cambiaron para que estudiara mas cerca, aunque ahora mi horario de clases sera en la tarde.  

No se como, pero pasan las horas y ya es medio día, mi madre entre gritos me apura para que me aliste para ir a clases y ahí arreglándome mientras pienso cual excusa daré para no entrar, para quedarme en casa un día mas... seguro así podría coger fuerzas para ir después.. o tal vez nunca, ok , no eso no pasara.

Almuerzo y estoy lista para ir a clases , o al menos eso parece ,  me veo al espejo antes de salir y ahí estoy yo , una chica de piel azúcar morena con un cuerpo que aunque no estoy gorda , no tengo curvas, cero maquillaje, unas cejas jamas tocadas por un pinzas, una falda 5 dedos debajo de las rodillas, medias mas largas que las de un futbolista y una blusa al menos dos tallas mas grande ... si , esa soy yo... todo un poema a la vista... 

Estoy lista para coger el autobus y escucho el grito de mi madre ¡Nia, espérame!... ¿acaso escuche bien?  Espérame?? y enseguida le pregunto a ella ¿piensas ir conmigo?  el colegio queda a 10 minutos tan solo. Y si , efectivamente ella ira conmigo, aunque por fuera mi cara demuestra ira, créanme, internamente esto me ayuda mucho, no quería ir sola en realidad. 
Llegamos justo a tiempo , tocó el timbre y todos ingresaban al patio a colocarse en columnas para recibir la bienvenida, ¿Y Yo?, ah! pues yo estaba parada afuera con una lagrima que no se decidia entre salir y quedarse en mi ojo y diciéndole a mi madre un millón de mentiras para no entrar, le dije que me dolía la barriga, que el colegio era feo , hasta que olvide  ponerme bragas.. pero nada fue suficiente y con un pie adentro y otro afuera recibí de mi madre aquello que hizo que ingresara a un lugar donde encontraría experiencias que jamas imaginaria...  un empujón sobre mi espalda  de mi madre casi me saca los pulmones y   que me coloco dentro del patio del colegio. 

pero este no es el inicio, aunque si el principio... 

Un amor para no recordarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora