Un día, solo eso

17 1 0
                                    

Entré, y todos en sus filas se encontraban, yo estaba mas perdida que Papa Noel en pleno Carnaval y nada agradecida con mi madre por el empujón dado.  De repente vi un rostro familiar acercándose a mi , y di gracias al cielo por esa persona, un amigo de la escuela , siempre me sentiré agradecida por esa coincidencia,  Diego es su nombre y me abraza de tal forma que siento que mis pulmones saldrán por mi boca (asqueroso , lo sé) , pero así me sentí, y  esa sensación  de apachurramiento fue simplemente lo mas delicioso que había sentido durante ese día, sentirme en brazos de alguien querido y estimado para mi. 

Hicimos el intento de conversar y mi alegría no duro mucho , no tanto como quisiera al menos, pues mi amigo de la escuela no estaba en mi curso, y entonces ahí estaba yo, de nuevo en un lugar desconocido con al menos 25 personas también desconocidas, todos con sus grupos, lo típicos grupos, el de las guapas, el de los bromistas, el de los estudiosos, los conversones, los vagos , en fin ... y yo ?? Yo simplemente no podía concentrarme en algo mas que mis tembladeras de piernas , es que era ridículo el hecho de que me sienta tan nerviosa por simples chicos de mi edad, es ridículo, pero.. es que no estoy acostumbrada a tratar con ellos , no me gusta, siempre siento que todos los chicos me ven con cara de desprecio, no soy del tipo de chica que atrae, no soy el tipo de chica que alguien quisiera invitar a salir , soy la antítesis de una chica de mi edad. 

Me senté adelante , tal como mi madre siempre me ha repetido , aunque mis deseos eran ser de los últimos asientos , no lo hice, tenia la voz de mi madre repitiendo "Siéntate adelante y participa en clases para que los profesores te aprecien" ¿a quien le importa eso? los profesores tienen su vida ,y en el fondo odian a los lamebotas, pero no importa lo que yo crea, era mejor hacer caso y evitar que algún día mi madre me visite en el curso y vea que no le hice caso. 

Mi receso fue con acompañado con una daga en mi corazón, Diego mi único conocido , ya había hecho amigos, así que lo pase sola. No hablé con nadie ese día , los profesores se presentaron y a ser sincera cada uno tiene más cara de loco que el anterior ...  

Al fin el timbre, jamas me sentí tan agradecida de irme a mi casa... Solo necesitaba llegar a llorar, no se porque ,pero era justo y necesario hacerlo. 

En casa en mi dormitorio , con mi soledad , la amiga fiel, mis lagrimas empezaron salir,  y quedarse ahogadas sobre mi almohada , nadie me pregunto tampoco esa noche como me sentía...música triste me acompañaba y no se cuanto habré  pasado así , no lo sé , solo lloré hasta que la luz de mis ojos se apago.


Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 02, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Un amor para no recordarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora