La nocilla

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Después de un rutinario día de colegio, llegué a casa con ganas de comer. No sé porque, pero tenía un impulso de comer nocilla. ¿Pero sabes cuál es el problema? Que en mi casa la nocilla está prohibida. Pues mira, esto es debido a que tengo una hermana que está en época de crecimiento y no puede comer ese tipo de mierdas.
Como me faltaban 2 horas para que empezase el entrenamiento, cogí un billete de 5 de mis ahorros y me dirigí al supermercado.

Cuando conseguí cruzar las malditas puertas correderas, me dirigí hacia el pasillo donde se sitúa la nocilla.
No puede ser, no puede ser.
¡Estaba ahí!
Su abrigo azul y blanco, sus vaqueros negros, y sus vans negras.
Me dirigí a saludarle, estaba a unos 20 metros de distancia, pero luego me di cuenta de que estaba con sus amigos, y yo sola. Al final mejor decidí no ir a saludarle y me ceñí a comprar la nocilla de marras.

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