A veces me pregunto si las personas odian tanto la vida como dicen hacerlo, o si no disfrutan ningún momento alegre que la vida les a dado. Me pregunto, como las personas ignorantes pueden decir que sus vidas apestan o son tan aburridas como un libro.
Bueno, déjeme decirles que la vida puede ser como un libro para muchas personas, pero de una manera positiva, una manera en la que tu puedes escribir el libro, una manera que las otras personas puedan ver que tu eres la persona que siempre quisiste ser.
La vida me a enseñado muchas cosas y de diferentes maneras. Recuerdo esa vez que, a la edad de los ocho o nueve años, me perdí en el centro de la ciudad de Guanajuato. Era ya muy tarde, el centro estaba lleno y la gente no era tan confiable. Pero, gracias a Dios, una señora me encontró, era una señora en la que sentía que podía confiar y dejar que me ayudara a encontrar a mi familia. Como media hora después (la media hora más larga de mi vida), logre encontrar a mi familia y, mi mamá le agradeció mucho a la señora por ayudarme, pero esa vez, la vida me enseño la lección de una manera no muy agradable, ya que, yo había desobedecido a mis padres.
Mi madre me había dicho -No te sueltes de tu prima-, pero no fue tanto mi culpa, ya que yo quede entusiasmada viendo unas hermosas pinturas que estaban en exhibición y mi prima me soltó y siguió caminando. Claro, nunca la perdonare por lo sucedido aquella noche.
