❄Winter Coffe❄

Capítulo 35:"Pizza"

Amaría volver a ser un niño, que no debía preocuparse de nada más que unos simples estudios pero ahí estaba, soportando a personas que no era de su agrado para ganar dinero.

No era un trabajo que desearía tener siempre pero valía la pena por el dinero. Ansiaba que el tiempo pasará y terminara su carrera para tener un trabajo fijo, con buena cantidad de billetes y que su novio estudiará sin la necesidad de salir a trabajar antes de tiempo.

Había asimilado del todo que su compañero de abajo, había creado una nueva vida.

Claro que lo había hecho, si ya era común llegar a casa y que su pareja se le acercará con los ojos llenos de lágrimas porque mamá no lo dejó salir a comprar galletas.

Era normal alimentar de comida a Jungkook y ver como su humor cambiaba.

Iba atravesando tu tercer mes, la etapa donde comería hasta cansarse y sus dolores poco a poco comenzarían a bajar.

Por eso antes de ir a casa, pasó a comprar unas galletas rellenas. Iba con una sonrisa en su rostro y con deseos de saltar pero no lo hizo, el era el maduro de la relación.

Cuando iba abrir la puerta, esta se abrió y un Jungkook con la nariz roja, ojos rojos y lágrimas secas, lo recibieron.

-Amor.

Estiro sus manos como un niño pequeño queriendo tocar el rostro de una persona.

Agarro la cintura de su bebé e hizo que este pegará un suspiro para enredar sus piernas en su cintura y sus brazos en su cuello.

Caminó con el en brazos, pasando por el comedor donde oía las voces de su familia.

-Mamá, Papá. Nos iremos a acostar.

-¿Sin cenar?

-Jungkook no se siente bien, yo vendré por la comida. Gracias de todas maneras.

Acomodó a su bebé y salió de la cocina para su alto un ente unir las escaleras lentamente.

-¿Qué pasa amor?

Lo sentó en la cama, besando su frente.

-Me duele la panza, amor.

-¿Te duele mucho?

-Ti.

-¿Quiere que llame al doctor?

Sentía que iba a tener dos bebés, o más bien, uno ya lo tenía. El comportamiento de Jeon últimamente había sido muy infanti, hablando como bebé y esas cosas.

-No, creo que es hambre.

Susurró lentamente, acariciando su panza.

-Pero lo que tu mamá ha preparado, no le ha gustado al bebé porque apenas sintió el olor, las náuseas volvieron.

-¿Quieres galletas? Toma, come mientras yo voy a llamar para que nos traigan comida.

-Pizza.

-¿Ah?

-Pide una pizza, más una bebida. Yo te espero acá.

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Cuando entró por la puerta de su habitación, con una caja en la mano y una bolsa en la otra, escuchó como su pareja reía mientras hablaba por teléfono.

Ignoró la chispa de celos que recorrió su interior y se dedicó a hacer espacio para su cena a altas horas de la noche.