Hubo un tiempo cuando no dejaba entrar a nadie en su casa, y ahora se encontraba con un hombre en su habitación y de noche.-¿Qué quieres hacer ahora?-preguntó el rubio sin dejar de sonreir.
-Dormir.
-Pero no tengo sueño... -replicó Martin.
-Tu deberías estar durmiendo en el sofá no se qué es lo que haces aquí.
-Me botas. Vale, me iré al sofá pero no te asustes si me encuentras observandote dormir.
-¿Qué clase de lunático eres? -dijo tumbandose boca abajo en la cama.
Martin no pudo evitar posar su mirada en el trasero de su amigo. Oh, cómo sentía las ganas de apretarlo.
-No me gusta lo que veo -mintió.
-Oh, vaya que te gusta. -dijo moviéndolo a manera de broma.
-Bueno, tu lo pediste...
-¡Oye, que haces! -dijo al sentir las manos del otro en su culo...
-Quédate ahí, no te muevas. -ordenó y Ben obedeció. Sintió la presencia de su compañero alejarse y esperó ansiosamente a su regreso.
Pasaron unos minutos y Freeman no regresaba, Ben seguía en la misma posición, hasta que se hartó y fue a buscarlo. Salió de la habitación y
-¿Martín? - preguntó a nadie en concreto. Se giró y vio al rubio durmiendo cómodamente en el sofá de la sala. - Madito idiota - dijo para sus adentros.
No le había hecho gracia. Lo dejó ahi esperando con el culo afuera. Quizás mañana podría tomar venganza.