Adiós

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— ¿Otra vez tarde? Señorita Dupain- Replicó Miss Bustier; a Marinette se le hacía fastidiosa aquella frase, escucharla cada mañana no era nada placentero.

Evitando las miradas de sus compañeros, se acomodó a lado de su mejor amiga; la morena le dedico una sonrisa antes de continuar escribiendo en su libreta algunas ideas para la próxima actualización de su Ladyblog.

Aún seguía agitada por correr ese mini maratón para llegar a clase; a Tikki siempre le hacía gracia que su portadora llegara tarde la mayoría de las veces, puesto que vive cerca del colegio.

En vez de prestar atención a clase, se concentró en admirar al rubio frente a ella, el chico que hace latir su corazón frenéticamente con tan solo dedicarle una sonrisa; al mismo tiempo estaba librando una batalla con el cansancio, que buscaba adentrarla al mundo de los sueños; sin embargo, una explosión la hizo ponerse en alerta, sus compañeros ya estaban husmeando en la ventana.

—¿No es muy temprano para luchar contra el mal? — se quejó por lo bajo, ni se molestó en mirar, sabía que debía ser otro akuma, después de todo ya llevaba un año lidiando con ellos, antes de correr a transformarse no pudo evitar dar un vistazo a Adrien, tenía una expresión algo extraña, aunque eso no le quitaba ni una pizca de perfección.

La batalla fue un juego de niños; literal. El villano, o mejor dicho, Cat Killer; era un pequeño que comandaba un ejército de gatos, tenía a los mininos besando sus pies. A Chat Noir le pareció un insulto tales acciones y no paraba de replicar.

—¡Esto es impawsible de tolerar! Además yo soy mucho más atractivo que ese gato de quinta ¿No lo cree, My Lady? — a Ladybug le daba gracia los celos de su compañero.

— Nadie es más lindo que tu gatito — Ladybug dijo eso con un tono de burla, pero aun así su compañero se sonrojo de forma muy obvia.

La batalla se complicó un poco cuando el niño sacó la hierba gatera, el pobre Chat Noir fue seducido por los encantos de la dichosa planta y terminó tumbado en el suelo ronroneando; Ladybug rio tanto que casi se mea en su heroico traje. Aparte de ese pequeño problema todo fue pan comido; aunque eso no quitaba lo ridículo que se había visto el felino.

—Por culpa de ese niño mi imagen de gato pecho peludo se ha caído al suelo — Ladybug no podía hacer otra cosa más que reír de los quejidos de su compañero.

— No te preocupes minino — Le puso una mano en el hombro — Después de todo nadie te consideraba eso.

My lady eres tan cruel, pero eso es una de las cosas que me gustan de ti — Era sorprendente la rapidez con la que recuperaba esa brillante sonrisa — Por cierto ¿Vendrás mañana?

—¿Mañana? — Mañana se celebraba el aniversario de la primera vez que habían salvado Paris, la gente decidió hacerles una celebración como homenaje en el hotel del padre de Chloé.

— Claro que vendré gato tonto — Fue entonces que sonó el pitido que anunciaba que su transformación pronto se iría.

—Entonces te esperaré ahí, My lady — Chat Noir le guiñó el ojo y ambos salieron por sus respectivos lados.

Una vez en la casa de la catarina una brillante idea paso por su cabeza, ¿Qué pasaría si le regalaba algo al minino? Sería un detalle muy lindo de su parte y de seguro su compañero lo recibe gustoso.

—Tikki, necesito ideas para regalarle algo a Chat Noir ¿Que podría hacer?

—Tal vez un collar antipulgas —Ambas estallaron en risa.

Remember meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora