¿Me quieres?

4.2K 249 77
                                    

—¿Hablaste con Minah?— Jongin llamó mi atención. Nos encontrábamos descansando en la terraza del edificio de la empresa. No había sol, pero tampoco aire frio, era un ambiente bastante relajante y todo lo que ambos queríamos hacer era sentir algo más que el aire que adentro circula.

—¿Porqué tu pregunta?— Este chico lo conocía todo de mi, hasta puede saber cuando es que llega mi periodo, aparte de Seulgi, el es el único que puede saber que una sencilla llamada había bajado mi estado de ánimo.

—Wendy...— Terco.

—Si, el día en que estábamos en KBS dijo que me marcaria.— Solté aire pesadamente.—Y fue hasta ayer que hablamos.— Apoyé mi cabeza en su regazo y dejé mi cara boca arriba. Kai coloco una de sus manos en mi frente y comenzó a peinar mi cabello hacia atrás.

—¿Te dijo algo de Lay?— Vaya que este chico quería las cosas directas.

—Si. Y hubiera preferido no hablar con ella.— Detuvo su toque y me miro confundido.—Creo que hay cosas que no quiero escuchar ya.—

—¿Qué dijo?—

—Quiere terminar con él.— Cerré fuerte los ojos.—Ahora de verdad cree que la engaña.— No quería que en cualquier momento las lágrimas iban a traicionarme.

—Wendy.— Jongin tomo la palabra.—Tú no tienes la culpa. Lo dejaste hace mucho, cortaste todo lo que te ataba a él.— Me incorpore junto a él para verlo a los ojos.—Se que esto te va a doler y lo siento, sabes que te quiero, pero en este tiempo Yixing pudo haber estado con alguien más. Él no se merece que ustedes dos sufran por alguien a si.—

—Pero yo fui parte del problema.— Empecé a derramar unas cuantas lágrimas.—Soy una basura.—

—Eres hermosa y lo sabes.—

—Soy una puta que está más que jodida por ese imbécil.— Sentí que un nudo en mi garganta comenzaba a raspar y el dolor en mi pecho era creciente.—Todo se fue al carajo. El novio de Minah, yo, Seulgi. Todo.— No lo resistí más, las lágrimas caían por mis mejillas y sentí como si algo en mi corazón se quebrara. No tenía nada, yo sola había acabado con mi amor propio.—No entiendo como sigues aquí Jongin, te voy a cansar de todo esto.— Parpadeé repetidamente para poder verlo un poco claro.—Te vas a cansar de consolarme, de verme llorar. Y lo último que quiero es perderte.— Sorbí mi nariz.—No quiero estar sola. No ahora.— Mi amigo me tomo por los costados y me acerco hacia él rodeándome con sus brazos. El calor que emanaba de su cuerpo era suficiente para calmarme de momento. Su pecho subía y bajaba constantemente haciéndome saber que quería hablar, pero las palabras no salían.

—No me voy a ningún lado. No te voy a dejar.— Sentí como sus brazos se tensaban y lo único que pude hacer fue aferrarme más a él.

—Yo tampoco.— Mi corazón se detuvo un instante. Esa voz la podía reconocer en cualquier lado, la voz que varias veces me había acompañado en pláticas, la que había compartido momentos felices, así como la que me había odiado. Me solté de Kai para girarme y encontrarme con la persona que tanto había querido ver.

—Seulgi...— Susurre casi inaudible. Mis ojos se volvieron a aguar y esta vez había quedado como un mar de lágrimas. Era inevitable no hacerlo.

Se acerco a mí con unas cuantas lágrimas ya en sus mejillas, sentí mi corazón acelerarse y mi pecho tena una ligera opresión, tener tan cerca a quien yo consideraba mi mejor amiga dolía igual que un jodido infierno.

—Sólo déjame hablar.— Por un momento mi mente había pensado que tenía alguna oportunidad de arreglar las cosas. Agaché mi cabeza y sentí la mano de Jongin apretar la mía. La presencia de Seulgi sentada a mi lado hizo que mi corazón saliera disparado.—Yo...— Dudo mucho en proseguir.—Yo, soy la que se arrepiente de todo.— Su voz se escuchaba temblorosa y por el sonido que hizo con la nariz deduje que estaba llorando.—Lo siento Wendy.— Levante la cara para notar a mi amiga desmoronándose en llanto.—Necesito tenerte en mi vida otra vez. Tenía que haberte oído antes y no dejar que mis celos arruinaran nuestra relación, la estabilidad del grupo. Todo.— Sus pequeños ojos parecían estar completamente cerrados y de ellos salían tantas lágrimas como a una persona le fuera posible.

¡Se acabó Lay! ; zhang yixingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora