Cuenta la leyenda que un pirata temido capitán de una gran navío, con el corazón duro y frío una vez estuvo enamorado de una bella dama risueña y delicada.
No hacía mucho, en un puerto cercano, saqueó un castillo en el que un rey sombrío, una princesa guardaba en el fondo de un pasillo.
El pirata al verla, no pudo retenerla pues estaba enamorado al instante de haberla encontrado.
Y así, feliz y con alegría, se llevó a la princesa cautiva, para llevarla consigo a los mares y retenerla con sus pajes.
Más tarde a un puerto llegaron, y a la princesa en el barco dejaron que vino un ladrón a robar y a ella se quiso encontrar.
La princesa se fue a enamorar, y al pirata quiso dejar. Sin embargo su lealtad, no se lo permitía a pesar, ya que había jurado al capitán que nunca se iba a escapar.
El ladrón con el corazón dolido, se fue triste y enfurecido, aunque aún la princesa, lo amaba con todas sus fuerzas.
Cuando surcaron los mares vio a su amada, triste y solitaria, y la preguntó que le pasaba.
"O pirata mío en el puerto al que hemos ido, a un joven ladrón he conocido, e irse conmigo ha querido, pues soy cautiva de su corazón, el que me ha robado y se ha ido"
El pirata entristecido, una decisión ha tenido, pues la ha dejado marchar, porque no soportaba verla llorar.
Y así, con el corazón dolido, a surcar los mares se ha ido. Aunque el bien sabía que una flor florecía en su frío corazón con grandes espinas que lo ensombrecían.
Esta es la historia, de un desamor nacido de la belleza de una joven princesa.
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