Capitulo 2

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Viernes, diciembre. 2015

Las rodillas me ardían como el demonio, estaban tan raspadas que seguramente podría verse el hueso. La cabeza me retumbaba de vez en cuando y las palmas de las manos me dolían por las quemaduras, sin contar que las costillas me punzaban como si necesitaran escaparse de mi torso, sin embargo nada de eso importo cuando me di cuenta de quien fue mi "agresor".

Al parecer tan pronto como yo noté quién era, él leyó el reconocimiento en mis ojos y su mirada paso de la angustia a un ligero alivio, recorrió mi cuerpo con la mirada y noto mi playera estampada con el logro de mi banda favorita y el nombre de mis ídolos al rededor de esta.

-Es un bonito diseño- Sonrío tímidamente- He visto muchos, pero este nunca.

-Si, yo lo hice- Reí nerviosamente, nunca pensé encontrarme en esta situación.

-¿De verdad?- Pareció sorprendido.

-Si, hay muchas más, pero esta es mi favorita- El inventario de la parte de mi armario dedicado a CD9 apareció en mi memoria.

-Ya veo porque- Se levantó del suelo- ¿De verdad no quieres que llame a una ambulancia? Esos golpes podrían ser graves.

-Mi madre se volvería loca- Sonreí avergonzada- Estaré bien.

-Bueno- Me ayudó a ponerme de pie y me miró pensativo- Al menos déjame llevarte a lavar esas heridas, podrían infectarse.

-Estoy de acuerdo en eso- Coincidí, había tierra en mis rodillas y una infección solo haría que mi madre lo descubriera.

-Perfecto- Sonrío y un par de grandes dientes se asomó dd entre sus gruesos labios- Estacionaré el auto, aquí espérame.

-De acuerdo.

Regresó a su auto y yo fui hacia la banqueta.

-No te vayas, por favor- Me miro casi rogando y por un segundo pensé que mis piernas flaquearían pero no fue así.

-Aquí estaré- Levante la mano para hacer un gesto de promesa, pero el dolor en las costillas me obligó a arrepentirme casi de inmediato.

Una vez que termino de estacionar su auto, un SENTRA negro 2016 versión deportiva, me alcanzó en la acera y me condujo hacia las escaleras de servicio.

-Entremos por aquí- No parecía cómodo con la idea de tener que esconderse- Si alguien me ve antes de tiempo podrían correr hacia mí y lastimarte en el proceso.

Su mirada delataba preocupación y enternecí ante tal hecho, no estaba preocupado por su seguridad, sino por la mía.

-Okay- Sonreí.

Subimos, con mucha dificultad y dolor debo agregar, las escaleras de servicio, cuando nos encontramos en la planta baja de la plaza nos dirigimos a una pequeña carpa situada entre el Cinépolis y el Chillis.

Caminamos lo más rápido y discreto posible entre las chicas que rodeaban la carpa, si alguien lo reconocía sería mi fin.

-Ábranme- Dijo a quien sea que estuviera ahí adentro- Soy Jos, apúrense.

- Código- La voz dentro de la carpa me fue increíblemente fácil de descifrar, Alan.

-9- Rió Jos.

La discreta puerta de la capa de abrió y entramos, el cuerpo de Jos prácticamente me cubría de la vista de los chicos.

-¿Por qué tardaste tanto viejo?- reconocí la segunda voz, Freddy.

-Pensamos que tendríamos que empezar sin ti- Tercera, Alonso.

-Tuve un pequeño accidente- Comentó Jos moviéndose un paso para dejarme a la vista.

-¿Qué rayos?- Soltó Alonso y algo en mí se encogió como si estuviera en serios apuros.

-Fue un accidente- Jos levantó las manos en señal de inocencia.

-¿Estás bien?- Una última voz salió de la nada pero sabía perfectamente a quién pertenecía, el quinto integrante Bryan, quien se acercó a mí como si fuera un pequeño cachorro herido.

-Eso creo- Susurre completamente avergonzada por conocer a mis ídolos de ese modo.

-Eso en definitiva es discutible- Alan me acercó una silla- ¿Qué fue lo que pasó?

-Yo me...

-Fue mi culpa- Me adelanté antes de que Jos se incriminara- Iba distraída, con los audífonos puestos y me atravesé la calle sin fijarme.

-Bueno, pues entonces deberías poner más atención- Alonso estaba más que molesto por la situación en la que nos encontrábamos.

-Ya basta Alonso- Intervino Bryan- En vez de atacar busquemos una solución a esto.

-¡Qué lo haga Jos!- Se dio media vuelta- Él lo provocó.

-De acuerdo- Freddy sacó una botella de agua y se acercó a mí- ¿Puedo?

Asentí. En cuanto el agua toco mi rodilla me mordí el labio para no gritar pero un pequeño gruñido salió de mi pecho que me recordó las costillas que posiblemente estaban rotas.

Bryan y Freddy limpiaron las heridas de mis manos y rodillas, Alan ayudo con el golpe en mi cabeza y Jos asistía a todos.

-No creo que tengas infección pero lo prudente sería que te pusieras la vacuna contra el tétanos- Dictaminó Bryan.

-De acuerdo- Sonreí nerviosamente.

Una vez que quise levantarme todo empeoró, sentí un pequeño chasquido en mi torso del lado derecho y pegue un grito.

-¿Qué ocurre?- Jos estaba a mi lado.

-No lo sé- Admití- Mis costillas.

-Será mejor que arreglen y venden esas costillas, definitivamente están rotas- Alonso entro al pequeño camerino más relajado que cuando se fue- No creo que quieran que esas costillas rotas perforen algún órgano.

-Tú sabes cómo hacer, ayúdanos- La voz de Jos era casi suplicante.

-Necesitan un médico- Parecía tan frío y distante que no estaba segura que fuera el Alonso que solía ver en televisión.

-No puedo ver a un médico, mi madre se moriría- Susurre en dirección a Jos- ¡Por favor!- Suplique.

-Manden a comprar vendas- Cedió- Rápido, Tenemos menos de una hora para la firma y no voy a llegar tarde.

-Ahora mismo- Freddy salió corriendo de la habitación improvisada.

-¿Traes algo abajo de esa playera?- Alonso se acercó a mí.

-Mmmm- Dude un segundo, pero al ver que se molestaba conteste en seguida- Solo mi Bra.

-Bueno pues espero que no seas una chica muy tímida- Un brillo de algo parecido a la maldad destello en los ojos de Alonso, mientras que Jos se ruborizaba tiernamente.

-Creo que lo mejor será que salgamos- Dijo Jos.

-No, tú provocaste esto, tú te quedas- Alonso lo miro amenazante y supe que al menos hoy dos Castores, me verían semidesnuda- Además necesitaré ayuda y ella una mano que sostener cuando las acomode.

-Esta bien- Regreso a su lugar junto a mí.

Diez minutos más tarde Freddy entró con tres juegos de vendas grandes y algunas pomadas, y salió casi en seguida.

-De acuerdo, ahora levántate y quítate la playera- Alonso me ordenó mientras abría las pomadas.

Hice lo que me pidió/ordenó.

-Esto va a doler como el diablo, mejor prepárate- Susurro Alonso antes de comenzar con su tortura.

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