Te amé.
Tal vez te sigo amando.
No lo sé.
Puede ser.
Verte sonreír era maravilloso.
Saber que yo era especial me hacía sentir dichosa.
No sé si todo fue mentira.
No sé si aún me recuerdas.
Pero yo a ti sí, cada día, cada minuto, cada segundo.
Cada momento juntos.
Cada beso.
Cada abrazo.
Cada mentira viaja por mi mente.
Y a pesar de todo sigo aquí, esperándote amándote como una idiota.
Si como una idiota.
Me enamoré perdidamente, ciegamente.
Ahora comprendo tantas cosas.
El amor que es.
Es un arma de dos filos.
Puede ser la cosa más bella del mundo.
Ó la más tormentosa.
Y vaya que lo sé.
Lo viví.
A tu lado y sin ti.