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Y lo ví.

A partir de ahí, desapareció cualquier ruido para mi. Nada era audible en ese momento, ni los llantos desconsolados, ni los gritos, ni el ruido de la gente sacando los cadáveres de los escombros. Solo se escuchaba mi respiración y mi corazón. Mis latidos. Que también empezaron a ir lentos, como todo lo que veía. Incluso él estaba en cámara lenta. Incluso yo. No sé en que momento salí de ese trance, pero de repente los sonidos volvieron, aunque apagados.

Y lo seguí viendo, sin moverme, sin pensar, sin siquiera sentir algo. No sentía nada, solo deseaba. Deseaba que lo que estaba viendo sea sólo una ilusión. Que esos ojos me seguían viendo como siempre, que toda esa sangre eran cortes leves y que no provenían de su pecho, que sus pensamientos e ideas aun no desaparecieron. Que él aun no desapareció de aquí. No puede desaparecer. No aun. No ahora.

Camine hacia él. Cada uno de mis pasos eran cuidadosos, asustada de que si hacia un paso en falso, caería. Me moví entre la multitud de curiosos. Hasta que llegue al frente, y lo seguí viendo. Ahora mas de cerca. Ahora estaba mas cerca de lo que no quería saber, pero debía.

Y me debilite. Me debilite ante esos cortes, me debilite ante esa palidez suya, ante sus ojos que no mostraban señal de querer seguir viendo. Me lleve la mano a la boca y las lagrimas caían como esperando para hacerlo. Corrí hacia su cuerpo moribundo. Le sostuve la mano y llore, deseaba que la que estuviera ahí fuera yo y no él. O que fuera cualquier otra persona, por mas banal que suene decir eso. Cualquiera menos él.

En un intento por verme dió un gemido de dolor y se giró hacia mi. Me sentí invadida por la manera que me miraba, pero aliviada de que seguía ahí. Me sonrió. Es el único que podía sonreír en esta situación.

'Te amo. Solo vive por mi, como siempre hiciste. Como siempre supe.'

Era su despedida. No podía ser pero lo era. Me aferre aun mas a él, temiendo que si lo soltaba, desaparecía. Le decía que no se despidiera, que se quedaría aquí. Aun que no se si lo decía por él o para que yo lo creyera.

Y se fue. No sé si fue en paz o no hay tal cosa. Pero ya no estaba. No sabia que hacer. Mi cuerpo respondía por si solo. Me hacia llorar, gritar, querer traerlo devuelta. No podía ver su rostro sin ninguna expresión, ni sus ojos mirando a ninguna parte.

Él era una de las estrellas que mas me iluminaban, siendo yo una simple luciérnaga. Y ahora esa estrella murió. Pero dejo ese brillo conmigo, me dejo el camino iluminado. Aun no se apago.

Otra vez, nada se escuchaba. No lo solaba, no podía asimilar que ya no estaba. No quería saber que su existencia ya no existe. Solo sentía manos de la gente tratando de consolarme. Un gesto que en este momento no importaba. Porque solo lo veía a él.

Hasta el día de hoy, solo lo sigo viendo a él.

And I saw him. °one shot°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora