Matilde asesinó brutalmente a todo el campamento, descubrió una faceta suya oculta, le daba mucho miedo, porque sabia que lo que tuviese ahí dentro, aun no
habia despertado del todo. Matilde, se fue muy rapido de ahi, necesitaba estar en un lugar tranquilo, reflexionar, elaboró un plan para atacar a los
campamentos de todo el mundo, pero ella sola no podía acabar con todos y volver el mundo a la normalidad, estuvo ocho meses en las montañas, estuvo dando
hogar y comida a gente que no habia sido capturada por los guachupinos, les explicaba a todos su plan, y los que estaban de acuerdo, los entrenaba con
ejercicios muy duros durante meses, hasta que ella misma les veia capacitados para aquella locura, cuando finalizaban su entrenamiento, les entregaba
una barra de pan a cada uno de sus alumnos, para que dominaran el arte de la baguette, les mandaba de caza con sus propias manos, para que sintieran
el miedo, y cuando volvian Matilde les decia que los ejercicios que estaban haciendo, no tenian nada de comparación con lo que habia ahí fuera. Matilde
les enseñó muy bien, puede que demasiado bien, pero lo unico que importaba, era la función que tendrian en el campo de batalla, aunque estuviera
pasando por todo esto, Matilde, no podÍa dejar de pensar en su hija, en que le ha pasado y porqué, por eso, Matilde tenia sed de sangre, pero solo con baguettes normales, no podía enfrentarse a ellos, necesitaban algo mas, tenia que ir a por el material perfecto y adecuado para aquellas armas tan especiales que necesitaba su ejercito, para el comienzo de la revolución
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La revolución panadera
HumorMatilde, tras la experiencia que ha sucedido en su vida, decide sobrevivir acompañada de su barra de pan