Hoy, cuando caminabas hacia mi, después de 2 años junto a ti, lo supe.Al mirar tus ojos una vez mas, mi mundo no solo se salió de órbita, sino que chocó con la luna y el resto del sistema solar.
Tu me sonreíste tan radiante y llena de luz, que me sentí encandilado con tu felicidad.
Y saber que esa felicidad se debía a mi, me conmovió profundamente.
Moría por besar tus labios con sabor a miel, y sorprenderme una vez mas con la dulzura de tu boca, justo como lo hice cuando te besé por vez primera en las afuera de aquel cine donde te conocí.
Yo era un simple trabajador de aquel lugar, lleno de problemas, odio y resentimientos hacia el resto de la humanidad, y ahí estabas tu, toda dulce y risueña pensando que la vida era bella, y por un momento, mientras miraba tus ojos soñadores, yo me contagié de tu alegre espíritu, haciendo que mi alma magullada de tantos golpes que hasta entonces había llevado, sintiera algo bonito por primera vez.
Recuerdo que andabas con tu novio, el cual te gritó solamente por sonreírme al agradecerme el devolverte el cambio de las entradas.
Noté como te agarraba del brazo y te sacaba en dirección contraria del lugar y yo, indignado por su trato hacia ti, los seguí.
Escuché como te gritaba, diciéndote que coqueteabas con todos los hombres y tu solo llorabas por sus hirientes palabras, yo no pude evitar defenderte cuando alzó la mano para golpearte.
Me enzarcé en una pelea con él, dándole la misma oportunidad que él te dio a ti para defenderte: ninguna.
No me pensé en que me podría denunciar y que mi libertad condicional se fuera a la basura, simplemente te debía defender.
Solo me detuvo tu toque en mi hombro, pidiéndome que me detuvieras no queriendo que yo me metiera en problemas por ti y el imbécil aprovechando que mi atención era únicamente para ti, escapó, siendo esa la única vez que lo veía.
Lo siguiente que supe fue que estábamos en una cafetería contigo a mi lado y que apoyabas una bolsa con hielo en mi puño derecho, agradeciéndome el haberte defendido y yo diciéndote que no importaba, así estuvimos una hora discutiendo.
Te acompañé a tu auto y cuando abriste la puerta, y como el ladrón que una vez fui, te robé aquel mágico beso con sabor a miel que aun hasta el día de hoy me sigue persiguiendo tu dulzura de esa vez.
Ahora sonrío por el recuerdo de como te dejé: toda nerviosa y sonrojada y yo con ganas de besarte unas 50 mil veces mas.
Por ese momento hiciste que me olvidara de todos mis problemas, hiciste que olvidara lo que era.
Comencé a verte una vez a la semana, ibas al cine acompañada de alguna amiga y siempre era un sábado por la noche.
Me regalabas algún postre hecho por ti, aderezado con una de tus brillantes sonrisas, dándome un momento de luz en mi oscura y triste vida.
Yo quería esa luz conmigo, para siempre.
Cada vez que te veía, mi confianza aumentaba mas, hasta que tuve la seguridad suficiente de invitarte a salir y tu, con un pronunciado sonrojo en tu hermosa cara, aceptaste.
Te llevé a comer a un Italiano donde sabía, yo podía pagar la cuenta con mi mísero sueldo.
Duramos horas en ese lugar, el cual se convirtió en nuestro sitio de encuentro, lugar donde me contaste sobre tu vida, tu familia, tus estudios como chef, tu amigos y un montón de cosas mas.
Al preguntarme sobre mi, yo inventé toda una vida, inventé una familia que no tenía, inventé unos estudios que nunca completé e incluso inventé una felicidad que solo comencé a sentir junto a ti.
El miedo a perderte si te contaba toda mi verdad me llevó a mentirte pensando que toda mi historia te horrorizaría y te alejarías de mi.
Fui un idiota al pensar tal cosa, nunca te importaron mis tatuajes o mi falta de léxico; no eras esa clase de mujer que le importaban las apariencias, jamas te mostraste artificial a mi lado.
Y entonces mis mentiras comenzaron a pesarme en la conciencia tanto a tu lado como en mi soledad, me pesaba en cada beso que me regalabas o cada vez que tu mano tomaba la mía.
Fue tanta la presión que sentía, que el punto de quiebre vino cuando me dijiste que me amabas, me sentí un impostor al escuchar tu declaración, porque no me amabas a mi, amaste a un invento, porque ese, no era yo, por lo que decidí contarte la verdad, mi verdad.
No sabía quienes eran mis padres, me encontraron de días en un callejón cubierto aun con la placenta de mi madre, no terminé la secundaria porque tomé el lado fácil de conseguir dinero a través de las drogas, le conté de mi propio problema con ellas, de mi tiempo en la cárcel y mi libertad condicional.
Al terminar mi historia pensé que me abandonarías, pero tu sencillamente me abrazaste y te uniste a mis lagrimas y mi dolor.
Dijiste que no estaba solo, y que te tenía a ti para apoyarme siempre que lo necesitara y que del resto de mis problemas los solucionaríamos juntos.
Y lo hicimos, yo lo hice por ti, por tu amor.
Tu amor me impulsó a ser el mejor hombre para ti, que me hiciera sentir digno de tu admiración por mi, tu amor me sanó... tu amor me completó.
Poco a poco, con una palabra, un gesto o una caricia llena de afecto, llenaste mi alma de gratitud, adoración y ternura, emociones que jamas pensé que sentiría.
Fuiste pegando cada pieza de mi corazón con tu lealtad, hasta hacer que cada latido que él diera, fuese completamente por y para ti.
Recompusiste mi vida y me diste un norte que seguir.
Tú con tu fuerza y vitalidad, con tu inocencia y entusiasmo me llevaste a ser el hombre en el que hoy en día me he convertido.
Por eso, cuando caminabas hacia mi, por ese pasillo que para mi gusto era demasiado largo, entendí que el amor no es solamente besarse y decirse palabras bonitas.
El amor es el impulso que nos lleva a ser mejor para esa persona a la que decimos amar, nos hace querer mejorar para ser dignos de dicha persona, de ser el héroe de todas sus historias.
Yo quiero ser todo eso y mucho mas para ti.
Y ahora, que me he ganado la posición de ser tu esposo, mi compromiso con tu amor y toda tu persona, es aun mas fuerte.
Ahora al mirar atrás, no me resiento ni me avergüenzo de la persona que era gracias a mis raíces o mis acciones, cuando veo hacia atrás solo lo hago para ver de donde provengo, porque mi pasado me ha llevado a donde estoy.
Me ha llevado hacia ti.
Mi esposa.
Canción:
Sugar-Maroon 5.
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Cartas del alma
Любовные романыHistorias escritas desde los sentimientos más profundos de sus protagonistas... Amor, tristeza, felicidad... ¿Con cuál te conectarás más?