...

6.

Aun recuerdo como si fuera ayer, aquella tarde de verano en la cual, nuestras miradas se cruzaron.
Poco a poco fuimos hablando, cogiendo confianza y yo, me enamoré como una tonta del típico prototipo de chico chulo y mujeriego. Pero, conmigo se comportaba como alguien totalmente distinto, diciéndome cosas que me hacían caer lentamente en su red.
Y ahora estamos en un punto de no avanzada, donde no sé si quiere algo o simplemente quiere tenerme ahí, para ser su juguete, mientras yo, me enamoro cada día más de él.