Capítulo 5: La confesión de Marianne

10.6K 582 133
                                    


¿¡A quién engaño?! ¡No me divertí! ¡Ni sé de qué hablé con el tipo ese, Eduardo como se llame! Solo llegamos al fin del camino e inventé una excusa... ¿Quién será el que iba con Elizabeth? No es que me importe, pero ojalá su auto se le eche a perder. ¡Ah no espera! ¡Entonces harán cosas adentro ...!

¡No! Como decía, no me importa. ¡Hola mundo! Voy caminando a la casa, a punto de quebrar mis dientes de tan apretados, ¡Es la tensión! logro cambiarme de ropa, recostarme y quedarme ahí a esperar mi muerte.

Nah, mentira, solo exagero.

[...]

Son las 7:30 a.m. último día de clases. Hoy es viernes y mi cuerpo lo sabe. Okey no, la verdad es que mi trasnoche es monumental y la muerte no llegó. Las cosas no salen como quiero.

Llego y me siento en silencio, espera... ¿Silencio?! ¡Ooooh Alice está callada! ¿Estará enferma? La noto muy pensativa mirando su cuaderno. Marianne está en las mismas ... ¡pero qué demonios!, ¿Se habrán peleado? ¿Qué hago? Mientras proceso todo en mi lenta y trasnochada mente, llega el alma de mi fiesta mental.

Elizabeth solo entra con ese maldito rostro tan perfecto. (¿Perfecto?) Saluda a sus amigas... la miro de reojo, cuando noto que me mira disimuladamente. De inmediato sé que está enojada. ¡Por favor! ¡La que debería estar enojada soy yo! Ah no espera, cierto, no me importa...

Todo el día estuvo normal, sin tomar en cuenta que estas dos amigazas mías están como retrasadas. Bueno, Marianne, la otra está más callada. Como mis intentos de conversaciones son apenas tomados en cuenta, dejo a este par de raras solas, mientras voy a botar la basura de mi colación, moriré de todo menos de hambre.

Me iba a dar la vuelta cuando noto un leve roce en mi espalda... me giro y está Elizabeth mirándome con una cara de ''nada'' y sé que se oculta, el mismísimo lucifer adentro, a mí no me engaña.

—Jacqueline ¡Hola! ¿Podemos hablar un momento? — Sus facciones se suavizan un poco.

—No.

—Ven.

—Me jala del brazo y pasamos por el pasillo ... maldita sea están todos en el patio y los pocos grupos que están ni nos miran. Hasta que abre una puerta y me empuja adentro. ¡Genial! ¿Cómo supo que no hay nadie?

—Esta clase está desocupada, pero dejémonos de trivialidades. —¡Me leyó la mente! —La miro con las cejas juntas

— ¿Qué mierda hago aquí? — ¡Eso! ¡Soy la víctima!

—Nada de '' ¿Qué hago aquí'' ¿Se puede saber que mierda hacías con ese tipo? — Andamos intentas, por suerte no grita.

—Eso no es asunto tuyo y solo es un amigo, ¿Cuál es tu problema?

— ¿Un amigo? ¿Estás loca o qué?! ¿has visto cómo te mira? Maldito hijo de puta... — yo sólo me quedo callada, con la cara como si hubiese visto un fantasma, ella no es así... (creo) ¿Acaso está celosa? Pensé que la de las groserías aquí era yo ...

—Hmm. — Esa es mi participación, la verdad nunca he visto a ese idiota mirándome. ¿Seré algo distraída o qué?

—¿Eso es todo lo que vas a decir? O sea, que prácticamente te mojas conmigo ¿y después te vas a revolcar con él?

¡Nooo! entre el rubor que adorna mi cara, mis orejas. Mi cuerpo sucumbe a la ira, doy un paso y le golpeo la cara, que ni siquiera gira por la bofetada que le di. Me da más rabia, levanto la mano para darle otra, cuando toma mi mano y me sostiene fuertemente la muñeca en lo alto. Escondo una mueca de dolor, pero no pienso decírselo. Se me acerca y yo me alejo, estamos así mirándonos a los ojos mientras ya no puedo más, porque prácticamente estoy al fondo del salón ¡y recuerdo lo que no quería ni pensar!

Mi nueva compañera [Pendiente de edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora