Romeo & Juliette.

172.

Romeo y Pol llegaron a la heladería justo cuando la puerta estaba siendo cerrada, Romeo lo impidió aguantándola con la mano, dejando pasar a su primo.

-¡Pol! ¿Qué haces aquí?

Escuchó mientras cerraba la puerta, al acabar se giró y se encontró con dos chicas. Una morena miraba desconcertada a su primo, a su lado una castaña estaba escribiendo algo en su móvil.

- Rommie y yo hemos venido a tomar un helado.
- Obviamente - dije yo rodando los ojos -. Y por favor, llámame Romeo, Ro-me-o. No es tan difícil. - Noté como la chica rubia me miraba un poco sorprendida.
- ¿Te acuerdas de él, Julia? - preguntó él, haciendo como si yo no hubiera hablado. - Cuando éramos pequeños dice mi madre que pasábamos tiempo los tres juntos.
- Sí, creo que mi madre que comentó algo de que todos decían que íbamos a acabar juntos. - Rió ella, yo le acompañé, pero la rubia frunció el ceño.
- ¿Quién es? - Preguntó Pol. Tenía la manía de creer que nadie le escuchaba cuando hablaba.
- Emm... Estoy aquí. - Dijo ella tímida y molesta a la vez, no sabía que eso se podía hacer, era adorable. - Y me has traído en tu coche, ¿Cómo no puedes saber quien soy?
-Sólo quería que hablaras y dijeras tu nombre. - Entonces él me miró fijamente. - Escucha. - Susurró para que solamente yo lo escuchara.
- Julieta, ¿por? - Julia la miró de una manera extraña.
- Él es Romeo, no me digas que no es gracioso. - Rió Pol.
- ¿Julieta? No mientas, prefieres Juliette.

No podía ser. Seguro que era una coincidencia. Seguro.