Un Árbol

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-¿Qué rayos te pasa Josh? ¿Qué haces aquí? - le pregunté aun asustada por mi pesadilla

- Pues iba a mi casa y te escuche gritar, me preocupe y vine a verte, después de todo somos vecinos no? - asentí

- Dime que le pasó a tu ceja y a tus nudillos - dije mientras observaba sus nudillos llenos de sangre

- Te lo diré pero a cambio tu me dirás sobre tu pesadilla, de acuerdo?

- Muy bien, soñé lo de siempre Josh, mi pasado que siempre me va a perseguir - le dije mientras me perdía en mis pensamientos

- Tranquila Yriek, tu sabes que siempre estaré contigo.

- Gracias Josh, eres el mejor - lo abracé - pero dime ¿qué rayos te pasó? Porque estas golpeado y con cortadas en tus nudillos y en tu ceja? - le pregunte mientras me levantaba de mi cama para ir al baño por alcohol para curar sus heridas

- Pues nada, lo de siempre unas cuantas peleas de boxeo - me dijo mientras ponía un algodón con alcohol en su ceja

Se quejó por un momento pero después se echó a reír

- De qué te ríes?

- De la cara de pendejo de mi oponente, fue épica y muy graciosa

- Eres un tonto ¿lo sabes? Algún día te van a lastimar lo suficiente como para que termines en un hospital o... - no pude terminar la frase pues en mi mente se vino un funeral y la foto de Josh, de pronto empecé a llorar, lo sé un tanto estúpido pero Josh es mi mejor amigo y no quiero perderlo.
Josh me abrazo preocupado por mis lágrimas que rodean por mis mejillas y terminaban en su playera negra

- ¿Qué es lo que te ocurre? - preguntó mientras secaba mis lágrimas

- Es solo que no te quiero pedir, ya perdí a mi madre, a mi novio y a... - me interrumpió

- Tranquila, yo siempre estaré contigo, incondicionalmente, el estúpido de tu novio no te merecía, el fue todo un idiota al dejarte ir y acostarse con esa zorriporrista de Marcie

- Bueno ahora que es mi ex novio puede hacer lo que quiera con si vida y puede darse a quien quiera

- Sabes te quiero mucho, eres una gran amiga... Creo que ya debo irme, tu debes dormir y yo debo darme una ducha - dijo mientras se paraba de mi cama, dirigiéndose a la ventana

- Yo tiene te quiero idiota, valla que te hace falta esas ducha - le dije mientras me reía de el

- Adiós enana - me dijo abriendo la ventana y subiendo al árbol que conectaba su casa con la mía

- Adiós idiota, te veo mañana en el instituto - le dije mientras lo veo entrar a su habitación

Después de cerrar mi ventana me desplome en mi cama con muchos recuerdos que siempre he querido borrar pero empecé a recordar a las bestias de mis mejores amigas y al idiota de mi mejor amigo y en mi rostro de la nada se dibujo una sonrisa.

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