Parfum. 1/?

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Habían unas cuantas estrellas dibujadas en el cielo, allí estaban ellos dos viéndose a los ojos, con las manos entrelazadas y sentimientos, tímidos sentimientos que serían expuestos con los roces de su piel.

— ¿Deseas bailar esta pieza conmigo, My Lady? — susurró colocando la mano sobre la cintura de la muchacha, apegandola a su cuerpo.

Embozó una sonrisa burlona, mientras se reía por lo bajo y se aferraba a él, abrazándolo por el cuello.Esa noche no había música, no había gente ni había ruido. Estaban solos, moviendo los pies lentamente con torpeza mientras bailaban.

L' amour, hum... hum... — le susurró al oído, mientras que sonreía al sentir su fragancia. Era un insaciable olor a fresa.

Su voz se iba perdiendo entre los versos y los pasos, se iban consumiendo entre miradas y sonrojos.

— No sabía que te gustara Carla Bruni. — apoyó la cabeza en el pecho de su acompañante, sintiendo como el corazón le latía. Ella cerró sus ojos dejándose llevar por los movimientos del chico.

Escuchó su risa, él le dio una vuelta para dejarla de espaldas y abrazarla, recargó el rostro en el hombro de Ladybug.

J'préfère de temps de temps. Je préfère le goût du vent —le susurró suavemente contra el lóbulo de la oreja, acariciándole el abdomen con ternura.

Ella se sumó, tarareando por lo bajo. Las mejillas se le habían encendido, estaba ruborizada por el tacto de aquél sujeto. Al voltearse, para mirarlo a los ojos, había notado que no estaba ahí. Buscó rápidamente su voz, sentía como iba cantando por los alrededores. Se tapó la boca, viendo como este volvía hacia ella con un pequeño ramo de flores que había arrancando del suelo. Se echó a reír y las tomó con gusto.

Pourquoi faire ce tas de plaisirs, de frissons, de caresses, de pauvres promesses ? —susurró tomándole de la mano, llevándosela hacia el rostro y besando los nudillos de Ladybug. Le guiñó el ojo al notar que su mirada se fijaba en los movimientos. — relájese, Lady. — nuevamente la tomó de la cintura, acercándose peligrosamente.

Se embriagaba con el brillo de los ojos de su muchacha, ella observaba su rostro, tímidamente apoyó las manos en los hombros de Chat Noir y desvió su mirada. La tomó del rostro obligándola a que lo mirase, él sonrió al ver que su señorita estaba envuelta en rubor, que le flaqueaban las piernas de la vergüenza.

— Me gustas, Ladybug. —acercó su rostro peligrosamente al de ella, quedando a escasos centímetros, mientras finalizaba su melodía.

Miró detenidamente las facciones de su amante, pero había algo que deseaba más que nada esa noche; conseguir un beso de esa muchacha.

'La nuit'. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora