Hoy en el instituto casi exploto. Ni respirar hondo me sirvió para intentar ignorar sus miradas y susurros, que tal vez no estaban dirigidos a mí. Pero las voces solo decían "¿Las ves? ¿Ves como se ríen? Pues, solo se burlan de ti, de tu pelo enmarañado, de que no tengas pechos, de tu forma de caminar, de tus ojeras, de tu idiotez, de tu nariz, de tus labios, de que estas gorda, de tus orejas, de tus pómulos, de tus piernas cortas y gordas, de tus estrías, de tus gustos en música, de todo lo que dices. DE TI".
En ese momento solo pude ir al baño y llorar. Nadie escucho mis sollozos y por lo tanto no se preocuparon y me dejaron con mi mejor amiga, la soledad.
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Cartas a mi yo perdida
Short StoryJane había cambiado. Y todos sus sentimientos ocultos fueron expresados a través pequeñas hojas en forma de carta, con un único destinatario: la Jane del pasado.