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-Mírame a los ojos- te pedí al ver que tu furia se encontraba por los cielos. No iba a dejar que te pelearas, aunque me dejases de hablar.
-suéltame niñita- tus palabras salieron secas y frías. Admito que me dolieron  pero sabia que no estabas en tus sentidos.
Aunque lo negaras, podía verlo en tus ojos...estabas drogado.
-Andy- guardé silencio y sin preguntar, te tome entre mis brazos. Quedaste inmóvil pero después de un «lo siento» respondiste a mi abrazo. Tu llanto era silencioso, se notaba el dolor.
Cuando necesites un hombro para que te den consuelo, cuenta con migo 

Chocolate los sueños sonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora