Capítulo IV: "Lo siento."

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Mientras tomaba la botella oí un ruido en la sala, apoyé mi refresco en la mesada y me dirigí al lugar de donde provenía el sonido. Con el corazón en la boca y un cuchillo en la mano encendí la luz...

-¡AHHHHHHHHH!

No puede ser, no. No. NO.

MALDICIÓN.

¿Y ahora que hago?

Luego de gritar y que mi piel se erizara, noté que el espectro (deduje que era un espectro luego de ver quien era) era Amber que estaba en la sala mirándome fijamente.

-Anne tranquila, no grites, por favor - dijo moviendo sus manos, el simple hecho de verla me dio repulsión. Llevaba un ajustado y corto -demasiado corto- vestido rojo, su maquillaje estaba corrido, como si hubiera llorado y su pajoso pelo castaño-rojizo estaba despeinado.

-¡¿Qué no grite?! ¡¿QUÉ DEMONIOS HACES AQUÍ Y CÓMO ENTRASTE?! -Dije alguito alterada.

Genial. Cada vez me amo más, mis enojos siempre eran los mejores.

Pero, ¿qué demonios hacía esa bruja en mi casa?

-Cálmate Anne.

-¿Calmarme? ¿CALMARME? Nadie y mucho menos tú me dice que hacer, en especial si entró a MI casa sin permiso -dije haciendo énfasis en la palabra "MI".

-Bien, intenté ser buena contig...-empezó, pero la interrumpí.

-¿Buena? ¿En serio me dices que fuiste buena conmigo? - ella asintió corrigiendo su postura y cruzando sus brazos - ¡Ahhhh! Claro, porque quitarme a mi madre y robarte el dinero de Thomas cuando más lo necesitábamos es ser buena, oh si Amber, ¡ERES UN VERDADERO AMOR DE PERSONA!- Amber arrugó toda su cara y se quedó callada. Como disfrutaba esto, nunca antes podía haberme desquitado con ella porque Thomas me frenaba y me pegaba, en esos momentos la muy perra de Amber sonreía con superioridad.

Ella abrió la boca para decir algo y la paré con mi mano

-Bien, Amber, solo dime a qué demonios viniste y vete.

-De acuerdo -Dijo ella con asco. -tu padre me pidió que viniera.

¿Thomas? ¿Por qué demonios haría eso? Es decir, me odiaba, lo sé, pero no sería capaz de arriesgar a su agujero de entre pierna.

-Escucha -comenzó- él me pidió que te dijera que tiene guardado un sobre con efectivo, que lo necesitaba para salir de la cárcel y que solo tu podrías dármelo. -Recordé el día del sobre a la perfección

~FLASHBACK~

-Si le dices a alguien de esto, será lo último que hagas, ¿entendiste? -Asentí- ¡¿ENTENDISTE?!

-S..s..Sí.

-¿SÍ QUÉ JOVENCITA?

-Si, papá.

-¡Tú no eres mi hija! -Dijo plantando fuertemente su mano en mi mejilla y luego se fue cerrando la puerta con todas sus fuerzas. Recuerdo haber dado un pequeño salto al escuchar la puerta cerrarse. Había comenzado a llorar. Era la primera vez que Thomas me pegaba, recuerdo tener solo 9 años.

~FLASHBACK END~

Su "escondite" era bajo una de las maderas del piso de su pieza que estaba rota

-¿En serio crees que te voy a dar a el dinero para sacar al cerdo de Thomas? -Reí sarcásticamente y noté como Amber se tensaba y arrugaba su cara.

-No me obligues a hacer algo que, quizás, no quiera -Dijo con esa mirada de superada que me provocaba repulsión.

-No te daré el dinero, zorra. Menos cuando más lo necesito y tampoco para sacar al fenómeno de la cárcel.

Amber se acercó a mí invadiendo mi espacio personal

-¿Acaso me llamaste zorra? - dijo con cara de confusión y una sonrisa muy sarcástica. Su aliento era asqueroso y putrefacto.

-¡Oh! Tienes razón, me quede corta. ¡GOLFA DE PIERNAS A CIELO RASO, DE SEGURO NI PUEDES CERRAR ESAS COSAS QUE TE CUELGAN!-la cara de Amber se arrugó aún más y yo reí por dentro al verla tan molesta.

-Eso es todo. -dijo levantando su mano para pegarme, yo la paré y le pegué en la boca del estomago, como días anteriores me había enseñado Tonny.

Gracias Tonny, de veras. Te debo una.

Amé la expresión de Amber ahogándose por falta de respiración.

-Traté de ser paciente contigo -comenzó la inhumana en cuanto recobró la respiración- te di la oportunidad de hacerlo por las buenas, pero no me dejas opción- se dio vuelta y comenzó a buscar algo en su bolso bordó gastado.

-¿Qué vas a hacer? ¿Ofrecerme un condón a cambio? - Reí con superioridad

-No exactamente...

Para cuando se dió vuelta tenía una sonrisa tremendamente macabra y escondió lo que tenía en su mano

-Última oportunidad, niña. ¿Me darás el dinero por las buenas? ¿O será por las malas? -Al decir esa última pregunta su ojos brillaron y su sonrisa fue casi como la del gato de Alicia en el país de las Maravillas .

Luego de reír a carcajadas sarcásticas y falsas vi como Amber subía su mentón diciéndome que me lo advirtió y sacó el objeto que estaba en su mano. Era una Bersa 22*, al verla me quedé boquiabierta y con los ojos como platos, ella se acercó y puso el arma en mi cien derecha obligándome a llevarla a la pieza de mi padre, empecé a tantear con el pie para saber cuál era la madera ya que no lo recordaba, al hallarla me agaché, corrí la madera y tomé el sobre. Me paré lentamente y se lo entregué a Amber, quien lo tomó y abrió para ver si tenía el dinero, al comprobarlo salió de la habitación apuntándome, yo la seguí para ver que se vaya, estaba a punto de abrirla cuando dijo:

-¿Sabes?, creí que eras más respetuosa, pero ahora que veo que no es así, no tiene sentido que sigas viva -Sonrió macabramente - Adiós. Niña.

Cerré los ojos y traté de pensar en Sarah, ella era mi vida, y rogaba con todo mi ser que si me pasaba algo a mí, que a ella no la toque.

Oí que le quitaba el seguro y traté de no pensar en nada más que en mi madre y mi hermana. Inhalé una bocanada de aire y traté de no oír o decir nada para que mi pequeña e indefensa hermana no se asustara y saliera en mi rescate.

Me pareció escuchar como algo golpeaba la madera de la puerta y luego sentí como algo entraba por mi pecho, abrí los ojos para ver que era y noté que mi camisa azul y negra comenzaba a llenarse de sangre y yo de un dolor insoportable, levanté la vista y vi todo borroso, por lo que pude llegar a asimilar, la puerta estaba abierta de par en par con luces rojas y azules que entraban por ella, caí al piso y vi como se llevaban a Amber con esposas en las manos. Traté de levantarme, lo único que quería, era ver a Sarah. Verla, abrazarla, decirle cuanto lo sentía y cuanto la amaba.

-¡Sarah! ¡Saraaah! ¡Lo sientoo! -Dije entre medio de sollozos, lágrimas y gritos.

Traté de llamarla pero no había caso, giré la cabeza hacia la puerta de entrada y vi a un oficial conocido, preocupado, gritando mi nombre para que reaccionara, giré mi vista a mi habitación y me limité a decir un "Te amo, Sarah". Luego de eso cerré los ojos exhalando el poco aire que había conseguido inhalar, mis pensamientos habían desaparecido y todo se hizo negro.

Adiós hermana...lo siento...

Te amo.

* Bersa 22

* Bersa 22

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Her Red's Fangs. (Aaron)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora