Parte 4

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-podemos ir a tu departamento- pronuncio inmediatamente el peliblanco

-¿Por qué? Hay un parque cerca de aquí- a lo que el peliblanco mofó, el rubio al notarlo mostro un rostro de desagrado, de repente Shogo se había vuelto un poco hostil hacia él –solo vamos a tu departamento estarás mejor allí- a lo que el rubio se reusó nuevamente –al menos dime un poco para pensar si lo que me dirás vale como para ir hasta mi departamento- el peliblanco dio un gran suspiro y se le notaba un poco impaciente, se acercó y le susurro –Aomine está cerca ¿que pensara al verme contigo?- Kise lo pensó mejor y acepto ir al departamento, al fin de cuentas estaba cansado y sudado el lugar más cómodo para escuchar a Shogo definitivamente seria su hogar, abordaron al bus y no pronunciaron palabra alguna hasta llegar, ya estando en la puerta del departamento saco la llave pero se detuvo –¿puedes decírmelo ahora?- cuando sintió los brazos de Haizaki rodeando su cintura –no...- susurro –cogió la llave y abrió la puerta

-Shogo ya no estamos saliendo- dijo firmemente pero el peliblanco soltó una sonrisa –esto no se acaba hasta que yo lo termine Kise- empujo al rubio dentro –eres mío y solo mío pero cometí un error- Kise lo miro fijamente –tú mismo me hiciste dar cuenta de ello- y ahora el rubio recordaba lo que había soltado sin pensar al noche anterior –quise ser bueno pero me di cuenta de que eso solo es una mierda- lo cogió de la barbilla y lo beso –aléjate de mí- reacciono Kise –por favor vete no quiero saber nada de ti Shogo...- lo vio amenazante –esa cara no te sale rubia tonta- lo cogió del cabello –así que ahora suplícame por un beso mío, suplícame por tenerme dentro tuyo- reía –pídemelo como lo hiciste ayer-

-¡suéltame!- forcejeaba lo más que podía pero no tenía éxito con nada de lo que intentaba –lo dije sin pensar Shogo no quiero que esto suceda-

-¿no crees que ya es demasiado tarde para arrepentirse?- tiraba de sus rubios cabellos –oohh si casi lo olvido le dije a Aomine todo- una sonrisa malévola se formaba en su rostro, mientras que los ojos de Kise crecían de sobremanera -"en que estabas pensando"- su mente estaba inmersa en lo que le había dicho Shogo y el recuerdo, aquel rostro que Aomine le había mostrado, ese rostro que no lo veía, esa sonrisa que se esfumo a quien sabe dónde, su Aomine, no, no era suyo nunca lo fue pero de seguro ahora lo repudiaba, quizás al verlo se sintió muy asqueado y por eso no quería verlo debió ser eso pero Kise no lo había notado hasta que Shogo se lo dijo, sus lágrimas ahora surcaban su rostro dejando el rastro por el cual surcaría la siguiente, su cuerpo iba perdiendo fuerzas y así dejando de forcejear con el peliblanco.

-ohhh de repente te has vuelto muy obediente- sonreía –debí haber hecho esto desde el principio- se agacho y susurro en el oído del rubio –ahora eres solo mío-

Había querido creer que lo había juzgado mal en un principio pero definitivamente todos sus pensamientos habían sido erróneos o mejor dicho todo lo que había pensado en el principio era completamente acertado "es una mala persona" –yo...no...- quería decir que estaba equivocado y que no quería tener nada que ver con él "vete" –no quiero verte...Shogo-

-lo siento pero eres mío y esto no se acaba hasta que yo lo diga, creo que esta es la segunda vez que te lo digo- su sonrisa solo le causaba temor a Kise, sujeto con más fuerza del cabello a Kise y lo arrastro hasta la habitación del rubio y lo tiro a la cama –mío y solo mío-

-¡no puedes hacer esto Shogo!- creía que con unos cuantos golpes él lo dejaría pero estaba completamente equivocado

-tomare todo de ti- saco unas esposas y engancho a Kise a la cama, se colocó encima y lo abrazo ahora que el rubio no lo veía dejaba ver su verdadero rostro "por qué estoy tan triste", aunque Kise estaba sudado su aroma seguía siendo el mismo, tan dulce.

KnB AokiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora