Todo empezó hace un par de días, cuando Connor menos esperaba que ocurriese algo. No algo que cambió su vida a proporciones diminutas o a corto plazo; fue algo que cambió el resto de su vida para siempre.
Esperaba, como es normal, que todo saliese bien. Aunque... estaba dispuesto a hacer lo que sea para traer a Connor a nuestra dimensión aunque tuviera que asustarlo. El fin justifica los medios, ¿no es así?
Connor se hallaba en su casa, solo, ya que dejó la casa de sus padres al entrar a la universidad. No sin antes haber juntado lo suficiente tras muchas inversiones exitosas que hizo desde los 11 años. Sus notas no eran nada del otro mundo y era una vergüenza desde el punto de vista de sus padres y algunos maestros. Pasaba la mayoría de las materias con un porcentaje de setenta, a excepción de la materia cálculo, que la reprobó.
No era tan alarmante, al fin y al cabo todavía podía presentar un examen para remediar la situación. Aunque no fue fácil para Connor, se las pudo arreglar para organizar su tiempo y estudiar lo suficiente.
Como quizá imaginaban, el examen no era gratis. Pero él no quería pagarlos, no por el dinero, pues jamás le había sido un problema, sino el proceso. Se debía pagar en la caja del edificio donde se realizaban dichas pruebas, al cual se llegaba cruzando una zona por el que cualquiera, ya sea peatón o conductor, se sentiría inseguro. Pese a no estar muy lejos del centro de la ciudad, tenía un marcado aspecto barriobajero. Aquellos terrenos eran especialmente baratos, pues estaban cerca de un cementerio y otros lugares con negocios clandestinos, que aunque ya estaban casi erradicados, la mala fama continuaba y otro tipo de actos delictivos seguían. Eso quiere decir que para llegar no había más remedio que pasar por el cementerio, o cruzar un camino peligroso.
Connor asistía en las mañanas a la escuela, e iba en auto, así que el cementerio no le asustaba tanto. Pero, por una junta que hubo hace un par de meses descubrió lo horrible que podía ser de noche, la iluminación era pobre, los árboles eran dignos de ser decoración de Halloween, y los perros eran ruidosos e impredecibles. Fue luego de esa noche, cuando Connor supo, después de preguntar mucho, de todas esas leyendas y misterios que giraban alrededor de él. Muchas de ellas se basaban en aterrorizantes apariciones fantasmales, perros poseídos, y el árbol. El sonido del viento soplando las hojas y haciéndolas volar, el chillido de la vieja puerta del cementerio y las sensaciones incómodas que no se pueden evitar al mirar las tumbas, hacían que pasar por allá fuese una muy mala idea.
La casade Connor estaba cerca de la escuela. Bastaba con caminar en línea recta unos 40 metros y ya. A su vez, el edificio no estaba tan lejos de la escuela, pero sumando distancias y desviaciones para evitar zonas peligrosas, dejaba al auto como la mejor opción.
Era el último día para pagar. Connor tomó un vaso de su bebida energética favorita para tranquilizarse, pues toda la semana había estado muy ocupado con bastantes cosas, razón principal por la que no pagó a tiempo. Se subió a su auto, condujo hasta el edificio donde estaba la caja, pasando así por cementerio. No veía problema al hacerlo de día.
A pesar de que eran las catorce horas, sobre la marcha se dio cuenta de que tenía una botella de agua vacía en el auto. Vio un bote de basura afuera de la universidad y decidió tirarlo allí. Cuando se bajó, una tormenta cayó
—¡Maldita sea! —dijo Connor mirando al cielo y extendiendo la palma de la mano para ver qué tan fuerte caían las gotas.
Aunque de hecho, puedo hacer que llueva desde aquí, la lluvia en realidad comenzó de manera espontánea.
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El Origen de Firegun
Science FictionVersión de hace muchos años antes del capítulo dos de mi libro. Para qué me esfuerzo en explicarlo si nadie lo va a leer :'U