[26]

74 1 0
                                    

Ya era la hora.

Busqué por todo el lugar pero pero Chris no había llegado. Tenia miedo, de que no apareciera, porque de verdad tenía muchas ganas de verlo.

Estuve como más de una hora con unos amigos, de a cada rato miraba la entrada, pero nada.

—Mira quien llegó— Dijo Josh, mi mejor amigo.

Volteé, apenas nos vimos, no esperamos más y nos abrazamos, fuerte, como si no nos hubiésemos visto en años.

—Te extrañe, mi amor— Susurró en mi oído.

Mis mejillas se tornaron rojas.

—Yo igual, y mucho—

Me tomó de la mano y caminamos juntos, le presenté a mis amigos, habló con cada uno.

Disfrutaba de su compañía.

Con él podía ser yo misma, en toda mi esencia.

—¿Sabes? Estar aquí contigo es lo mejor, me haces feliz, Chris—

—¿De verdad lo hago?—

—Más que nadie—

Vi un brillo en sus ojos

Se acercó a mi, tanto que nuestras respiraciones se mezclaban. Sentía mi corazón muy acelerado, como si fuera a salirse.

Él quería besarme, pero no... no podía.

Lo ajelé.

Me miró, algo sorprendido, mi rostro era inexpresivo, no sabía que decirle.

Hizo como si no hubiese pasado nada y seguimos hablando.

Discutimos por tonterías, muchas veces nos alejabamos, pero luego volviamos a ser los mismos. Que noche tan bipolar.

Me sentía distinta con él, y no de una buena manera, no dejaba que tomara mi mano mucho o que besara mi mejilla.

Y sabía que no estaba bien, lo que no sabía era el por qué de mi comportamiento.

Estabamos tristes, lo notaba por como él estaba, mirando a la nada, esperando a que le hablara, y todo, por una estúpida discusión.

Fui por una bebida, pero al volver Chris ya no estaba, pregunté por él y nada, supuestamente se había ido.

Lo busqué y lo busqué, pero nada.

Me senté, triste, sin ánimos.

Pero cuando levanté la mirada lo vi sentado cerca, sentí como el aire volvía a mis pulmones

Me senté a su lado, el me sonrió y bajó la mirada.

—Te quiero—

Suspiró.

—Pasamos toda la tarde juntos, ¿ahora es que lo vienes a decir?—

—Bueno; perdón... yo...—

—Tranquila, está bien—

Pero yo, muy claramente, sabía que las cosas no estaban del todo bien.

Tomó mi mano y la besó.

[...]

Estuvimos raros lo que quedaba de noche, en un momento me comportaba seca, y al otro era dulce.

Un amigo me llamó, fuí a hablar con él, y al rato volví a donde estaban mis amigos y Chris, pero ya no estaba.

Esta vez si se había ido, y sin despedirse, que fue lo peor.

Mientras dureDonde viven las historias. Descúbrelo ahora