La palabra amor es muy rara, pero contiene tantos sentimientos...quien me iva a decir a mi que yo diria eso. Hay muchas clases de amor, el amor que se le tiene a una madre, a un amigo, un hermano o incluso un perro. Pero sin duda el amor que más me ha tocado el corazón fue otro, yo no se si eso es amor, es demasiado especial, es un amor muy diferente al que yo me esperaba sentir, es ese punto en el que sientes que tantos sentimientos no te caben en el pecho y las ganas de estar con el van a explotar, sientes que cuando estás con el todo a tu alrededor deja de existir, solo vosotros dos, sonará cursi, pero es la verdad.
¿Quéreis saber mi historia? Pues va unida a la razón de mis palabras, yo nunca amé, nunca amé a un chico, ninguno me hizo sentir especial, ninguno me dijo te quiero, asta que mi jefa me mando un trabajo muy especial.
Mi astuta y exijente jefa Mía, me encargo la tarea que le daría a mi vida un giro de 380 grados.
Todo empezó cuando...
- ___(tn)! ___(tn)!-gritaba mi compañera Amanda del otro lado de la oficina de estilismo.
- ¿Qué? ¿No ves que estoy hablando por teléfono?- dije yo un poco molesta al ver que me interrumpia la conversación con un cliente.-Así que quiere que le mire el mejor vestido de esta temporada...
- ¡Es importante ____(tn)! Mía te esta llamando...creo que eres la elegida.
- Perdoneme señora la dejo en espera en un segundo la vuelvo a antender.- *colgué el teléfono*- ¿Cómo que la elegida? ¿Acaso me van a despedir?- dije yo asustada, este puesto de trabajo era mi vida, me encantaba en estilismo desde que era niña.
- Nada de eso, anda será mejor que entres y te enteres por ti misma, pero solo te digo una cosa...Ojala estuviera en tu pellejo chica.
Solo me dedique a entrar bastante insegura al enorme despacho de mi jefa, yo era su asistenta favorita, y no encuentro la razón ya que soy la más jovén de la empresa de moda, solo tengo 19 años recién cumplidos.
- ¿Me ha llamado Mía?- dije asomando la cabeza por la enorme puerta de cristal.
- Si, haz el favor de entrar.- dijo Mía desde su asiento indicandome con la mano que pasará. Yo entré y me quedé de pie.- No seas tímida querida, toma asiento, no valla a ser que te desmayes con lo que te voy a decir.- ella solo reía sola, cuando yo no tenía ni idea de lo que estaba ocurriendo, nunca la había visto tna feliz en los dos años que llevo trabajando aquí.
- Bien querida...-¿querida? vale, estaba feliz.- Necesito que tomes aire porque todas las chicas de la empresa estaba muriendo por este papel que te voy a encomendar. Es muy importante. Pero yo confío plenamente en ti y se que podrás tirar para delante con ello a tus espaldas.
- Señora...¿no cree usted que soy muy joven para algo tan importante?
- ¡Oh no! Si eso es en lo que consiste, que eres más joven, y se supone que tu estas al tanto de todo lo que pasa en el mundo de los adolescentes.- tomó aire.- Verás...mira esta fotografía.- me entregó una foto en la que salían cinco chavales.
- ¿Quiénes son?- pregunté confundida.- Me suenan tanto...
- ¡One Direction! ¡La banda del momento! ¿En qué planeta vives? ¿En marte con los aliens?
- Pues supongo que si porque no se quienes son...-dije un poco asustada por su reacción.
- Bueno... pues esos ''cinco chavales''.- dijo moviendo dos dedos de sus manos.- van a acompañarte todo este año, mejor dicho tu a ellos. Irás con ellos en su gira mundial llamada Take Me Home.
- ¿Qué? ¿Mundial?- siempre había soñado con ver el mundo.
- Por supuesto.
- ¿Pero qué es lo que se supone que tengo que hacer?
- Pues fácil...vestirlos. Tienes que elegir lo que se van a poner en sus sesiones de fotos, conciertos sobre todo, y otros muchos enventos a los que ellos asisten diariamente.
- Ajá... ¿y cuando empiezo?
- El 23 de Febrero empieza la gira, pero tu tienes que estar allí el día 21. Es más, aquí tienes el billete de avión hacia Londres, los demás viajes están al cargo de los podructores de la gira.
- ¿Y donde dormire esos días antes de viajar?
- Fácil.- me entregó unas llaves con un llaveró de la Torre Eiffel.- Es mi piso, procura no romper nada que todo cuesta mas de lo que podrás costar tu cubierta de oro de cabeza a los pies.
- ¡Muchísimas gracias Mía!- dije abrazandola.
- ¡Recuerda que soy tu jefa!
- Lo siento...gracias de verdad.- dije separandome de ella. Iva a salir por la puera.
- ¡Espera! No se si lo sabes pero... hay gente que prefiere quitarles la ropa en vez de ponersela, tu solo ten en cuenta lo preciado que es tu trabajo.
No lo podía creer, ese gran cargo era mío, se lo había dado a una adolescente, raro porque, yo solo me considero una adolescente normal, una adolescente de porquería.
