No Me Dejes

Capitulo "29"

Narra Edward

Llegue a mi casa con el corazón en la mano, me senté en sofá y llore como nunca lo había hecho. Emily, el amor de mi vida se había ido.

Quería que todo fuera un sueño, que no pasara de verdad, que esto fuera una pesadilla y despertar a su lado, viéndola dormir como un ángel, mi madre me trajo algo de agua para calmarme pero la tire, no quería ser visto, no quería ser escuchado, solo quería estar con ella, solo quería volverla a abrazar y besarla y nunca dejarla ir.

Las lagrimas caían por mi rostro, quería salir corriendo, quería retroceder el tiempo y estar con ella. Las imágenes pasaban por mi mente, todo lo que hice con ella, que fue poco, pasaban por mi mente.

-Hijo tienes que calmarte -dijo mi mamá.

-¿CALMARME MAMÁ? ¿CALMARME? -dije- EMILY, LA UNICA MUJER QUE EH AMADO DE VERDAD SE FUE DE MI VIDA MAMÁ -se me salieron un par de lagrimas- POR MI CULPA MAMÁ. LA QUIERO CONMIGO. NO PUEDO CON ESTO -dije y salí corriendo a mi habitación, cerré la puerta con todas mis fuerzas, me lance a la cama y cerré los ojos.

-Emily, espera -la vi con un vestido blanco y largo, su hermosa sonrisa y su mirada.

-¿Qué ocurre amor? -me dijo.

-Llévame contigo -le dije.

-No Edward -sonrió- tu tienes que seguir aunque no estés a mi lado -me dijo y acaricio mi rostro.

-Tu eres la razón de mi vida ¿Cómo seguir? -le dije llorando.

-Hannah, ella es una gran chica y tu mereces ser feliz -dijo sonriendo.

-Sin ti no puedo -le dije.

-Es la hora Edward, te amo -se acerco a mi y me dio un beso, ese beso... Era el ultimo, la agarraba pero se iba de mis manos.

Me desperté de ese sueño que hubiera querido que durara para siempre, toque mis labios y sentía su sabor ¿Entonces todo fue real?

Me levante, me mire en el espejo, al verlo alrededor tenia fotos de ella y mías, tome una, era mía de Bonnie y ella, estábamos tan felices, mis lagrimas volvieron a salir y le di un puñetazo al espejo rompiéndome la mano.

-MALDITA SEA -grite, mi madre entro, vio la sangre y rápidamente busco el botiquín, no me dolía para nada, mi tristeza hacia que no pensara en nada, solo en que quería retroceder el tiempo.

-¿ESTAS LOCO EDWARD? -dijo mi mamá, yo no le respondí, solo miraba el piso fijamente- Hijo no puedes seguir así -tampoco le respondí, yo solo sentía como mis lagrimas caían

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