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De espaldas a la camioneta, alcé la mano a modo de despedida, a la que aquel vehículo correspondió con un pitido, para posteriormente alejarse, dejando tras de sí una nube de polvo. Después de haber oído el aburrido discurso de una señorita muy sofisticada llamada Miss Pauling, secretaria de una vieja amargada con la que tuve una audiencia anteriormente, contándome como y cual sería mi futura vida trabajando en MANN CO, además de tener la amabilidad de revelarme algunos detalles de la empresa, se ofreció para traerme hasta aquí. Y con aquí me quiero referir a Dustbowl, uno de los campos de batalla para RED y BLU, o así me explicó ella. Sin embargo, no me puso las cosas en bandeja. Apenas se molestó en llevarme a la entrada de este, pues al parecer, tenía prisa para trabajar en otros asuntos y se limitó solo a  acercarme al lugar, sin realizarme una visita turística por él. Por el motivo del apuro de esa mujer, el cual estaba perdonado por su belleza, me tuve que buscar la vida, cosa que conseguí muy fácil. Caminé hasta encontrarme con una posible entrada que podía usar. Apenas 3 metros de verja metálica me separaban de mi futuro curro. Lancé mi mochila con propaganda de mi equipo por encima de la verja, y posteriormente, sin ninguna dificultad, escalé aquel obstáculo y conseguí colarme dentro de las instalaciones. Aunque quizá "colarme" no era la palabra adecuada... O eso creo. Al fin y al cabo, había sido llamado y contratado por ellos... ¿No?

-¡Bien! ¿Y ahora...? --me pregunté, a la par que examinaba aquel lugar por dentro [¡Por allí! --señalé mi próximo destino: Caminar todo recto hacia un pasillo delimitado por edificios.

Ignorando el llamativo "punto de control" o así venía escrito y representado en el manual para principiantes de MANN CO, (¡Escrito por el mismísimo Saxton Hale!) caminé con las manos en los bolsillos de mi sudadera azul, en dirección al lugar anteriormente establecido por mi. Observando todo a mi alrededor, mi atención se fijó sobretodo en las paredes de aquel lugar, llenas de agujeros de bala, lo que parecían impactos de cohetes y en pequeños trozos hasta chamuscada. Aquellos eran los vestigios de una guerra, que al parecer, había tenido lugar recientemente. Una guerra a la que yo, un arrogante y decidido chico de 19 años me incorporaría muy pronto. ¡Qué emoción! Mis pensamientos sobre aquel lugar me mantuvieron distraído de lo ajeno, hasta tal punto que bajé la guardia, lo que permitió a mi agresor atacarme con facilidad.

En el momento menos esperado, y sin apenas tiempo para reaccionar, algo invisible me rodeó el torso para inmovilizarme, y algo fue colocado en mi cuello. Al momento, los objetos que estaban haciendo contacto con mi cuerpo se hicieron visibles, lo que me permitió descubrir que estaba siendo fuertemente sujeto por un brazo, a la par que el filo de una navaja era apretado contra mi cuello

-Vaya vaya... Se nos han colado algunas ratas...

Pude notar la sonrisa confiada en el rostro del contrario, gesto que estaba decidido a borrar de su cara. Aproveché el momento en el que estaba hablando para escurrirme por debajo de su brazo y salté hacia delante con una rapidez digna de la adrenalina del momento para alejarme. Me giré a fin de encontrarme con el rostro de mi agresor, que al parecer, se había recuperado de aquel inesperado acto, pues había cambiado el arma de la navaja a un revólver que me apuntaba a la cabeza, aunque esta vez mantenía la distancia.

-¡IDIOTA! --le señalé-- ¿Q-Qué te crees que estás haciendo? ¡Yo trabajo aquí! --grité. Me encontraba frente a una posible muerte por disparo y todo lo que hice fue gritar a aquel hombre enmascarado lo que salía de mi boca.

Ha.... ¡Hahahahahaha! -se rió el muy imbécil [Iros al infierno, ¡Tú y tu traje barato! ¿De quién narices te has disfrazado esta vez, rojo*? Ese es nuevo...

-¿Disfraz? ¿Rojo? ¡NO! --seguí gritando. [Esto no es ningún disfraz... ¡Es mi uniforme! ¡Y es AZUL, no ROJO! Azul como... ¡Como tu estúpido traje y tu estúpida máscara! Sí, eso. --describí

-O-Oh... --bajo su pasamontañas, el contrario mostró unos ojos sorprendidos, a la par que guardaba el arma dentro de la chaqueta de su elegante traje, mientras murmuraba algo que pude oír... [Esto no es propio de rojo... --se aclaró la voz, algo avergonzado, para luego referirse a mí [Excusez-moi...

-No pasa nada. --sin responder en su idioma, me disculpé. Puede que aquello me hubiese molestado al principio, sin embargo, ahora estaba más emocionado que antes... ¡Mi primera experiencia! [Al fin y al cabo, a eso es a lo que me tengo que acostumbrar a partir de ahora si voy a vivir aquí. Aunque... ¿Así es como recibís aquí a los novatos? --reí

-¿Novato? ¿Qué quieres decir con "novato"? --preguntó el enmascarado.

-Ya te lo he dicho. ¡YO TRABAJO AQUÍ! Y... um... se supone que estoy buscando la base BLU. Y por lo que veo, tu ropa es muy "BLU", así que llévame a mi destino. --volví a señalarle, provocando otra reacción de sorpresa en su rostro, que posteriormente se transformó en sonrisa.

Ese era mi objetivo desde el principio...

-¿CÓÓÓMO? -me llevé las manos a la cara, exagerando una mueca de sorpresa- ¿Acaso ya estabas al tanto de la situación? ¡¿Entonces a que se debió tu ataque?!

-Sí. Soy un espía. Al fin y al cabo, mi trabajo se basa en eso, robar información.

 -Sí, lo que sea... ¿Vamos? --pregunté, colocándome a la delantera y comenzando a caminar, hasta que algo tiró de mi capucha, era aquel mismo hombre.

-Es por el otro lado, imbécile... --suspiró. [Yo que tú, no me acercaría mucho por allí si no quieres ser atacado por algún rojo.

-Y-Ya veo... --comenté mirando en aquella dirección prohibida para mí, en la dirección que nunca me debería dirigir. Después de que me soltase la capucha, me di la vuelta, volviendo a ver lo visible del rostro del francés. [Entonces... después de ti... --hice un gesto con el brazo, seguido de una reverencia, dejando pasar al hombre delante mío, siguiéndolo desde detrás.

Estuve por un buen rato siguiendo los elegantísimos pasos de sus elegantísimos zapatos desde detrás, fijando la mirada en sus manos cruzadas en su espalda, en silencio. Un silencio bastante incómodo, que incitaba a ser roto por cualquier pregunta estúpida, como...

-¿Y... Como te llamas? --formulé, permaneciendo en el mismo silencio que antes después de la acción, a la espera de una respuesta.

-¿Como te llamas tú? --contrapreguntó.

-Hm... --mi mirada cambió de posición y la llevé hacia la azulada nuca de la cabeza tapada, que había parado de andar para formular su pregunta a mi pregunta. [Por lo que sé, los nombres aquí no se suelen usar mucho... Por lo que no puedo decirte mi nombre, aunque lo que sí podría revelarte es mi clase... Si tuviese una.

*Se refiere a Spy Rojo.

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⏰ Última actualización: Apr 27, 2016 ⏰

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The 10th mercenary.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora