Su vida nunca fue algo excepcional, si tuviera que definirla con una palabra sería corriente. Nada con respecto a su existencia salía de lo común, y su presente no le daba indicios de que algo cambiaría.
Era la quinta entrevista de trabajo que tenía esa semana y nuevamente había sido rechazado. Sin embargo, no le sorprendía, después de todo no tenía nada especial que lo hiciera mejor que el resto de solicitantes.
Suspiró derrotado mientras una de sus manos desordenaba su cabello azabache y la otra aflojaba el nudo de su corbata, ya no era necesario que siguiera vistiendo ese traje de sujeto exitoso, nadie lo iba a contratar.
Tomó el camino más largo para llegar a su destino mientras miraba el cielo con pensamientos poco alentadores sobre su situación actual, no había forma posible en la cual fuera menos patético.
Notó que se sentía más deprimido que de costumbre, así que apenas llego a su humilde hogar decidió recostarse sobre su futón y esperar a que sus problemas desaparecieran al despertar. Poco a poco perdía la conciencia mientras solo un pensamiento inundaba su mente:
"Por favor, solo quiero una causa, lo que sea, para sentirme humano otra vez..."
Pasada la media noche, Saitama despertó de forma abrupta debido a unos gritos desde el exterior de su departamento, la voz sonaba rabiosa y violenta, como si su dueño estuviera a punto de golpear a otra persona. El joven de cabello oscuro no lo pensó dos veces y se acercó rápidamente a su ventana para ver qué sucedía.
En la calle que se veía desde su departamento, había un auto estrellado contra un poste de luz. El pavimento de la misma se veía brilloso, como si lo cubriera una fina capa de escarcha.
"Imposible..." Pensó el azabache "Estamos en pleno verano."
Pero lo más llamativo de la situación eran las personas involucradas en ella. Solo habían dos personas en el lugar, lo que no era sorpresa, ya que el barrio era conocido por ser peligroso.
Quien se encontraba gritando era un hombre alto, mayor y corpulento, conocido en los alrededores por ser impulsivo y tener muy mal carácter. Frente a él, se encontraba un muchacho que no aparentaba más de 18 años, de cabellos blancos y gruesos brazos robóticos color crema. Si bien no era común encontrarse con alguien de esos tonos, a Saitama lo que más le llamó la atención fue la postura del menor, se veía imperturbable con los gritos del otro, es más, parecía aburrido con el berrinche del hombre más alto.
— ¡Eres el responsable de esto, fenómeno! –El hombre rugía mientras se acercaba amenazantemente al de blanco.– ¡No sé que hiciste, pero lo vas a pagar!
Apenas terminó su frase, el hombre levantó su puño con la finalidad de estrellarlo contra el más joven. Al ver sus intenciones, el de ojos marrones salió apresuradamente por su puerta para defender al muchacho. Al vivir en un pequeño complejo de dos pisos cuyas escaleras se encontraban por fuera sabía que no demoraría en llegar a la escena. No obstante, apenas se encontraba cerca de las escaleras vio como el adolescente levantaba tranquilamente uno de sus brazos en dirección a su atacante, antes de que éste realizara su golpe.
— Eres muy molesto. –Respondió tranquilo mientras desde su brazo salía lo que parecía ser nieve y escarcha a montones para dar justo con el sujeto violento, y mandarlo a volar un par de calles más lejos.
Saitama observaba anonadado lo que acababa de suceder ante él, ese niño había vencido con un solo movimiento a su agresor con un temple digno de un protagonista de algún manga de héroes.
No se había percatado que había estado mirando al chico por algunos segundos en silencio, con grandes ojos y la boca abierta por la sorpresa hasta que se dio cuanta que el más joven se estaba marchando, sacándolo de su trance.
— ¡E-espera! –Habló alto en espera de detenerlo al mismo tiempo que bajaba las escaleras con la mayor velocidad posible.
— ¿Uh? –Detuvo su paso y volteó con la tranquilidad y serenidad que parecían ser sus más grandes cualidades.– ¿Qué quieres?
— ¿Cuál es tu nombre? –El azabache logró llegar frente al contrario, mirándole directamente a sus orbes azules.
— Genos.
Luego de unos pocos segundos en silencio, debido a que Saitama no encontró la manera para que su voz saliera de su garganta, el albino continuó su camino como si nada hubiese sucedido, dejando tras de él al perturbado y embelesado joven.
Mismo joven que podía sentir como su corazón latía con una fuerza intensa e incomparable.
Tal vez había encontrado su causa.
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Sé que es irresponsable de mi parte empezar otra historia sin terminar la anterior, pero no pude resistirme ;n;
Fuera de eso, este AU es el blanco como dije en la descripción, donde me gusta pensar que las cosas son algo así como al revés, donde Genos es el desinteresado y Saitama el que es ligeramente obsesivo xDD Debo mencionar que hay bastante ooc por el hecho de pertenecer a este AU.
Ah, el Saitama de aquí es el de antes de hacer el entrenamiento, pero no se preocupen, en el futuro igual será calvo ;) .. xD y vive donde la señora que le pide la renta, la del primer ova ;D
Creo que me quedó media rara la narración del capi, así que si no entienden algo o quieren dejarme alguna crítica me lo dejan en comentarios plis uvu
Eso es todo ;u;
Saludos!
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Corazón de metal
FanfictionLuego de ser rechazado en una entrevista de trabajo por quinta vez en la semana, Saitama sabe que la vida ya no tiene nada que ofrecerle. Sin embargo, la aparición de un muchacho de mirada desinteresada y aspecto puro como la nieve hace que vuelva e...