Éste es un capítulo único del personaje de la serie Haikyuu: Sugawara Koushi. Me quedó algo cursi, así que no me resposabilizo de que mueras de cursiladas.
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- Hey, Sugawara. -Le llamé a aquel chico con cabello gris.
- ¿Qué sucede, _____-chan? -Me mira el chico directamente a los ojos.
Yo no le contesté nada, por el contrario, lo miré fijamente al igual que él a mí. Segundos después suelto un suspiro.
- ¿Tienes frío? Si quieres te hago un chocolate caliente. -Le pregunto.
Nos encontrábamos en mi casa, solos. Pues nos habían mandando juntarnos de a grupo para hacer una tarea de una materia, y bueno me tocó con Sugawara, además de que estamos en invierno y hace mucho frío.
- Claro, gracias. -Me sonrió amablemente el chico.
Yo le miré con aprobación, me levanté de mi sitio y me dirigí a la cocina.
Regresé a mi habitación junto con una taza en mi mano y la sitúo en la mesita.
- Toma. -Le digo yo, dedicándole una sonrisa.
Él me devuelve la sonrisa y yo volví a lo mío, o sea, hacer parte de mi trabajo para la tarea. La habitación se hundió de silencio por varios minutos. Todo iba genial, todo perfecto... Hasta que terminé de hacer todo mi trabajo y me estaba muriendo de frío. Olvidé mencionar que mi casa es extremadamente fría en invierno.
- ¿Sucede algo? -Me pregunta amable, Sugawara.
- Tengo mucho frío, sólo eso. ¿Terminaste los trabajos? -Le pregunté sacando tema.
- Mmm, no. Ya que terminaste ¿Me ayudas? -El peligris me mira con una sonrisa.
- Claro.
Dicho eso me acerqué y cuando me iba a sentar a su costado siento que me toman de la cintura y me sientan a la fuerza en algo cálido. ¿Les explico? Sugawara me tomó de la cintura y me sentó en sus piernas. Al ver la situación en la que me encontraba mis mejillas se tornaron rojizas y un hormigueo se hizo presente en mi estómago.
- Para que no tengas frío. -Me dice el chico con una gran sonrisa.
Su calidez chocaba contra mi cuerpo, haciendo que mi temperatura corporal subiese de a poco.
- G-gracias... -Tartamudeé.
Bajé mi mirada sonrojada e intenté calmar mis nervios. Sentía como su cálido aliento chocaba contra mi cuello.
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