capítulo 1 - Los deseos de la carne - Parte 2

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Capitulo 1

Los deseos de la carne - Parte 2

"El remedio para librarse de una tentación: sucumbir a ella. Si resistís, vuestra alma enfermará de deseo." (Oscar Wilde)

Martes 01/02/2012

Esas palabras me sorprendieron, yo pensé que me iba a dejar con el corazón en la mano. Quizás era más fácil decirme que después de tan poco tiempo dos personas deben de salir y conocerse un poco más. ¿Días, solo cuestión de días? No ha sido mucho tiempo después de que me obligaron a "romper el hielo" con la mujer más hermosa de la oficina, y hacer esta cafetería, esta mesa, esos momentos donde hablábamos de su vida y poco de la mía, hacer de estos momentos parte de nuestra rutina diaria. Pero justo ahora sus palabras pueden o cortar de raíz estos momentos, y hacer incómodas miradas cada vez que la vea en la oficina o todo lo contrario, hacer que nuestra relación suba un escalón mas en la cadena de la felicidad, pintar mi cuadrado mundo color de sus ojos, y hacer mi vida una dicha placentera, cada momento con ella.

Para mi sorpresa, argumentó que yo le he parecido un tipo muy curioso, reservado, comprensivo, muy dedicado a mi trabajo, me describió en pocas palabras, una persona perfecta para convivir en pareja, me dijo que nunca había tenido tanta confianza en un hombre como la tiene con migo y que esos pequeños detalle los valora mucho. Pocos hombres se fijaban en ella, de la manera que yo la veía (nunca se enterará de mis fantasías con ella), los demás solo la veían con deseos sexuales; siempre miraban sus pechos, con cara de "quisiera pasar mi lengua por en medio" y cuando se daba la vuelta, ella se fijaba como miraban su trasero. Se refirió a mí diciendo que yo no la he visto así, siempre se ha sentido con seguridad al estar conmigo, que yo nunca he buscado una segunda intención (es verdad nunca he buscado esa segunda intención siempre he querido nada más que una tercera, cuarta y quinta, mejor dicho infinita intención) todos quieren acostarse con ella, solo sexo, pero yo he sabido escucharla, y por ello acepto mi proposición. Yo no sé qué hacer, no pensé jamás que este momento llegaría, mi palabras se frenan, solo puedo sonreír, no sé si besarla, no sé si abrazarla, joder que momento tan extraño, hacía mucho tiempo que no me sentía así, es la segunda vez después de que me ascendieran de puesto de trabajo, pero esto no se puede comparar. Es Jenny la dueña de mis fantasías, de mis sueños húmedos, de mis ratos incómodos, donde me levanto con el puto pantalón como carpa de circo. Bueno será mejor decir algo: -Jenny, creo que en este momento soy el hombre más feliz del mundo, eres muy especial para mí, quiero que siempre estés cómoda con migo y que no te falte nada. Si me lo permites quisiera salir con tigo este viernes por la noche, dar una vuelta por la ciudad, me gustaría cenar en un restaurante con tigo, o como tu desees, ¿te parece bien?

Ella me contesta con esa sonrisa hermosa: -Me gusta mucho el sushi. Y estaría encantada de salir el viernes con tigo.

(La llevaría al cielo si hiciera falta) -Pues conozco un buen lugar cerca de casa, donde venden sushi exquisito, y seguro que te gustara, (A mí también me gusta el sushi pero prefiero un filete de carne término medio, preparado a la plancha en casa) hay que consentir a una preciosa dama como tú.

Nos quedamos hablando un rato allí, hasta que dio la hora de volver a la oficina. Ojalá no pasase tan rápido el tiempo, pero la vida sigue aunque duren tan poco los buenos momentos. Pedí la cuenta y el camarero trajo el recibo, deje buena propina, que se demuestre que estoy contento. Nos levantamos y nos fuimos hacia la oficina, ella y yo de camino, la miraba tiernamente y ella me respondía con una sonrisa. Llevaba mi maletín en la mano derecha y ella a mi lado izquierdo, nuestras manos chocaban, no sabía si tomar su mano, pero algo me decía que eso era de niños, así que opte por meter mi mano al bolsillo, y seguir caminando.

Llegamos a la entrada, del edificio, ella se puso en frente de mí, se veía hermosa, la mire de pies a cabeza con su ropa de oficina, que elegancia; su piernas sensualmente tonificadas, resaltadas por sus tacones, (pienso que una mujer con tacones le hace resaltar sus atributos, es un complemento que le da mucha presencia, elegancia y sensualidad) su falda que llega por sobre sus rodillas, moldeada tal cual su cintura, su silueta, se definía, perfectamente como su chaqueta abierta daba luz a su blusa de botones, cuyos pechos eran llevados por ese brasier de copa, Jenny desabrochaba su camisa un par de botones, cuando descansaba de trabajo, su rostro que tan hermoso es, sus labios, sus labios eran delicados, el superior era fino e inocente pero complementado con el de abajo que tenía un grosor medio aunque provocativo al verlo pintados con un toque de brillo y un rojo claro. Delineaba sus ojos con una delicada línea que resaltaba sus ojos café claro, sencillamente maquillada, era tan natural que una mirada podía causar el levantamiento de un árbol caído. No usaba muchos polvos para la cara, ya que su color de piel claro le hacía ver completa. Es una mujer que cuida su imagen, y la verdad es que ha salido muy favorecida por ello, a pesar de su inteligencia y seguridad, ella es perfectamente hermosa. Estando en frente de mi acerco su rostro, y susurro a mi oído "muchas gracias por el almuerzo, y ansiosa estoy porque llegue el viernes" me dio un beso pero esta vez muy cerca de mis labios en una de las esquinas. Se aparto, se despidió y mirándome se dirigió al servicio, quizás a repasarse un poco, yo me he quedado atónito, su mirada sus labios cerca a los míos, este quizás sea uno de los mejores días de mi vida. William, hoy has cumplido con tu objetivo principal, espero seguir así.

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⏰ Última actualización: Aug 06, 2013 ⏰

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living's chronicles dead / crónicas de muertos vivientesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora