Tras días de llovizna fina pero constante el cielo queda raso,tan inmenso como un océano.
Los charcos permanecen en la calle,fruto de la reunión de las gotas con la tierra,con su hogar.
Esas gotas, tan hermosas e idénticas,muerden el polvo y lo abrazan,pues aquello que las deforma también las mantiene en movimiento,lavando y alimentando el mundo con su belleza.
Esas gotas,tan hermosas e idénticas,brotan de tus ojos sanándote en tus momentos más amargos,brotan de tus ojos acompañándote cuando la emoción te sobrepasa,brotan de tus ojos calmándote cuando levantas más la risa que la voz.
Y de repente,vuelven las nubes.
Cubren el cielo.Te cubren a ti.Lo cubren todo.
Al principio apenas las notas pues no tienen más consecuencias que su mera presencia.
Empiezas a extrañar las estrellas,el sol y la luna,aunque sigues sin darle importancia.
Cuando comienzas a notar su influencia ya han pasado dos plenilunios,has perdido el brillo de tus ojos y tu actitud risueña,tu curiosidad se ha visto sustituida por credulidad ante incluso lo más absurdo y tu emoción ha sido reducida a un desinterés vacío.
Las nubes se han instalado a vivir en ti.
En el instante en que te das cuenta,esas nubes,hasta ahora impasibles,descargan un aguacero que te encierra.
Comienzas a oír los truenos,aunque el chaparrón no te permita ver los rayos.
Intentas huir pero no puedes,la lluvia se convierte en granizo que te carcome la piel.
Cuando dejas de creer en la existencia de una salida,un diminuto gato de largo pelaje negro e iris esmeralda te ronronea,un reflejo de luz lunar le irradia y al devolverle la mirada avanza en dirección opuesta a ti.
Sabes que si le alcanzas saldrás de las nubes que te envuelven,y aunque el camino sea doloroso y aparentemente interminable marchas sin duda alguna,comprendes que es la única forma de llegar al gato,él no va a acudir a ti sin nada que ofrecer.
No sientes los pies y tu gélida carne comienza a desfallecer,aún así no paras,tu única esperanza está bajo los párpados de ese felino.
Cruzas varias veces el horizonte pero jamás te acercas al misterioso animal,pues como líneas perpendiculares corréis en direcciones opuestas.
Y,aunque nunca vuelves a ver al gato y esperabas que aconteciese de otra forma tienes lo que él te había ofrecido:un motivo para caminar,naufragar y encontrarte en un delirio.
