Capítulo dos

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A la mañana siguiente desperté temprano, lo cual puede ser considerado un milagro, ya que no soy una persona que disfrute de levantarse temprano, Kathy siempre tenía que despertarme básicamente a golpes para llegar a la escuela, así que como todas las mañanas, baje a preparar mi café.
-Alice.- dijo mi madre más que sorprendida-¿Qué haces despierta?
-He comenzado mi lista de verano.- conteste orgullosa- sé que es raro verme por aquí a estas horas, pero es uno de mis propósitos nuevos.
-Así que ya empezaste con la lista del calor- así era como mi mamá llamaba a mi lista, ya que decía que la razón, por la cual hacia propósitos en verano, era que el sol me afectaba-me alegra que incluyas un propósito como este.
-Ya te he dicho que es más que tonto hacer propósitos de Año Nuevo. Obviamente si estuvieran hechos en verano todos los cumplirían.
-Alice, Alice. Me alegra tener siempre tus puntos de vista tan únicos- mi madre era como un ejemplo a seguir para mí y una amiga, mucho más después de perder a mi padre-aunque me duele dejarte sola con Kathy, tengo que ir a trabajar. Podrías llevarle el desayuno a la cama a tu hermana, no se siente muy bien. Recuerda que tienes que lavar los platos de la cena.
-Esta bien mamá, aunque me parece un poco dramática su ruptura con Alex.-dije seriamente-
-Alice, esta dolida. Luego lo sabrás tú y comprenderás.-me dijo seriamente, mientras tomaba su bolso y café, y salía corriendo por la puerta-
-Mentira-conteste gritando, para que pudiera escucharme- a mi nunca me romperán corazón.
-Esta bien, recuerda llegar temprano a la escuela de verano.
-¿Es necesaria mi presencia?- conteste, intentando que me dejara faltar-no quiero ir.
-No, pero lo es, si quieres que siga pagando la cuenta de Netflix.- me dijo sonriendo, ya que sabía que así era la única forma de que obedeciera- Pero tú decides Alice.
-Llegare puntual mamá- dije seriamente- Te quiero, ya es un poco tarde ¿no?
Mamá subió rápidamente a despedirse de Kathy, y luego como todas las mañanas de lunes salió rumbo al trabajo en el auto.
Cuando me di cuenta de que era medio día, y Kattie seguía durmiendo profundamente, incluso después de mis intentos fallidos por despertarla; opte por tomar mi libreta, y bajar a la sala, donde me puse a pensar qué tipo de chico sería el que quería que rompiera mi corazón, estaba segura de que no sería del instituto, y quería un chico que amara los perros tanto como yo, fuera tan guapo como un modelo, odiara la gelatina verde y amara como yo el pastel de moras. Y así seguí hasta que me conformé con todo lo escrito.
Luego de esto, subí con el desayuno en manos, ya que estaba muriendo de hambre, nunca me ha gustado comer sola, razón por la cual esperaba a Kathy.
-Kathyyyyyy. Come estos panqueques, son tus favoritos- dije mientras entraba al cuarto- te encantarán.
-Gracias Alice, se ven deliciosos.- me dijo aún adormilada, con los ojos hinchados y rojos-
-Luces horrenda- dije en tono de diversión, mientras comenzaba a comer- me quedaría contigo toda la tarde, pero tengo que ir al tonto campamento al que mamá me ha escrito.
- Es cierto, ¿quieres que te lleve? Solo dame veinte minutos y estaré lista.
- Estas de broma Kathy- dije con un tono que utilizaba para decir cosas obvias- comienza en treinta minutos y sé que veinte minutos para ti es igual a dos horas.
- Esta bien. Pórtate bien.
-Yo, siempre lo hago.
Luego de esto comenzamos a comer en silencio, podía ver que Kathy trataba de verse fuerte para mí, como cuando mi padre falleció, yo sólo tenía ocho años y mamá trataba de hacer todo igual que antes, al igual que Kathy. Al principio me la pase comiendo gigantescos botes de helado. Hasta que una madrugada escuche llantos en el comedor, al bajar, lo único que pude observar era a mi madre sentada y frente a ella un lugar en la mesa puesto, con la cena favorita de mi padre. Me pareció extraño, pero cuando estaba dispuesta a avanzar, escuche a mi madre llorando; fue el momento donde comencé a darme cuenta de que mi padre nunca volvería, nunca me volvería a abrazar ni a contarme un cuento, ni me llevaría al parque, ni siquiera volvería para reprenderme. Recuerdo que tenía un peluche favorito el cual llevaba a todas partes, y me di cuenta que cambiaría a ese oso por tener un segundo más con mi padre. Las personas solo se rompen una vez.
-Alice, no quiero correrte, pero se te hará tarde en tu primer día- me dijo Kathy en tono de madre-
-Es cierto, tengo que irme- dije mientras tomaba mi bolso y dinero- adiós.
Después de llevar los trastos sucios a la cocina y lavarlos, camine hasta la parada del autobús.
Cuando llegue a la entrada del campamento al que mamá me había escrito, me di cuenta de que era un lugar hermoso. Tal vez no sería tan malo, después de todo.

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⏰ Última actualización: Feb 29, 2016 ⏰

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