Capitulo 6:Problemas

32 3 2
                                    

Habían pasado días después de haber ido a casa de Alicia y ver la película junto con John y el chico... Noah. Quité las sábanas de mi sedoso cuerpo y me levanté de la cama, y me dirigí a la cocina.

—¿Mamá?, ¿Qué haces aquí, no deberías trabajar?—pregunté, frotándome los ojos con mis dedos, era algo temprano y dentro de poco tiempo yo me estaría arreglando para ir al colegio.

—Hoy... entro un poco más tarde—su voz se oía cansada, con una mano sostenía el plato en el fregadero y con la otra movía la fibra de arriba para abajo.

—Deja eso mamá, yo lavaré los platos.—alejé sus manos del fregadero y se sentó en una silla del comedor... no sólo se oía cansada, si no que también lo estaba y no me gustaba verla así.

—¿Cómo te está yendo en el colegio Brook?—suspiró. La mire de reojo.

—Bien, y ¿Papá?—pregunte cambiando de tema, mi voz estaba algo somnolienta.

—En el trabajo.

—En, ¿El trabajo?.

—Si en el trabajo, el entró algo más temprano—se levantó de la silla y se fue a su recámara no sin antes despedirse de mi con un beso en la mejilla creo que no tenía ganas de hablar conmigo. O creó que ya iba a ponerse su uniforme del trabajo.

Mientras tanto seguía lavando los platos en el fregadero, agarre un cuchillo y pase la fibra en el. Un aullido salió de mi boca, el cuchillo estaba lo suficientemente filoso como para no hacer que me cortará. La sangre de mi dedo se escurría y algunas gotas cayeron en el fregadero.
Enjuagué el dedo con agua. Ardía jodidamente horrible.
Tapé el dedo con una servilleta gruesa, no podía seguir viendo esa poca sangre que salía de mi.

En realidad no podía ver sangre de nada ni nadie, para mi siempre ha sido repugnante hablar de sangre o ver sangre, siento que me desmayaré en ese instante.

>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>

Como siempre, las clases comenzaron esta vez la profesora de inglés se retrasó lo cual para la mayoría de la clase era divertido pensar que no llegaría mientras que para mi era un infierno al pensar eso. A veces me gustaría que alguno, al menos uno de aquí, fuese como yo. Pero no todo en esta vida se puede.

—Hello—habló la profesora dejando unos libros que traía bajo su brazo en el escritorio.

—Hello—espeto toda la clase al unísono.

—Sit down please.

Al momento en el cual nos sentamos la profesora comenzó a dar su clase, lo grandioso de esto es que la profesora para nada mencionaba una palabra en español, sólo inglés...

Mientras estaba atenta escuchando y tratando de analizar lo que la profesora decía, alguien interrumpió la clase.

—Profesora, siento la interrupción—la voz gruesa del director rezumbaba en todo el salón, me sorprendió ver que nadie estuviera hablando. Y claro, ¿Cómo no? Era el director quien estaba aquí aún que he conocido personas que no les interesa en lo más mínimo si está el director del colegio ahí, ellos siguen y siguen hablando o haciendo lo que estaban haciendo minutos antes. Pero aquí no, aquí todos se portan muy calladitos, como si así lo fueran.

Cínicos.

—Los alumnos tienen un nuevo compañero de clase—informó—Ven aquí muchacho.

Se acercó un chico a la puerta era alto, delgado, piel blanca, su cabello era de un tono castaño oscuro y sus ojos entre azul y verde. La profesora le indicó que tomará asiento.

Había algo en el que se me hacía conocido, sabía que lo había visto antes. En ¿Dónde?, ese era el problema.

Después de tres horas de clase, tocó la hora de tener un receso breve. Así que fui a las gradas del campo del colegio y me senté en una de ellas. Comencé a leer un libro que la profesora de español nos dio, para leerlo completo en una semana, ya que nos pondría un examen parcial. El nombre del libro es "El retrato de Dorian Grey" ya antes había escuchado de el y de la película que hay, pero nunca me había dado por imprevisto leer el libro o ver la película ya que nunca me había llamado la atención.

Se sentía tan bien estar sola, en paz, leyendo un libro, que una pequeña brisa de viento refrescante soplará tu cabello y tu cara provocando que cerrará los ojos profundamente. Así me encontraba en estos momentos, pero lo bueno me lo interrumpieron cuando alguien toco mi hombro. Voltee a mirar quien había sido la persona que había interrumpido mi momento de paz y soledad.

—¿Brooklyn?, ¿Eres Brooklyn?—esa voz masculina, la había oído antes lo se.

—Si... Soy yo, ¿Quien eres
tu?—pregunté confundida.

Estaba mirándolo pero la luz del sol bloqueaba mi mirada en el y provocaba que achinará los ojos.

—¿En serio no me recuerdas?—se sentó cómodamente en las gradas sin apartar su vista de mi.

Ahora si podía verlo a la perfección. Es el chico nuevo, el chico que se me hacia conocido.

—No... Bueno, te me haces algo conocido, como si ya te hubiera visto antes pero... No, no se quien
eres—guardé el libro de el retrato de Dorian Grey en mi bolsa apartando mi vista de el.

—Soy Noah—lo mire rápidamente—Noah Bellic, soy quien te llevo a tu casa el día que vimos películas en casa de Alicia.

—El pedófilo—dije, creyendo que lo había dicho mentalmente lo cual no fue así. Frunció el ceño dejando salir de sus labios una sonrisa.

—¿Tu eres Noah?—pregunte dejando atrás lo que había dicho antes. Y el asintió—Vaya, sabía que te había visto en algún lado pero no creí que fueras tu, no se por dónde estaba mi cabeza que no pude acordarme de ti o... Aún que sea de tu nombre.

—Bueno, suele pasar que algunas personas se olviden de quien eres o cual es tu nombre. Aún que la mayoría se olvida de los nombres fácilmente.

—Lo se, me ha pasado algunas veces, algunas personas se confunden por que mi nombre es algo raro y largo, o simplemente se les olvida—mencioné.

—Brooklyn no es un nombre raro, o al menos no para mi—se encogió de hombros—¿Eres mi compañera en clase, cierto?—cambió de tema.

—Si, lo soy.

Nuestra conversación se mantuvo por 30 minutos o al menos hasta que se acabó el receso breve y cada quién de nosotros tuvo que irse a una clase diferente y de ahí ya no me tope con él para nada.

Cuando llegue a casa yo me encontraba a fuera intentando abrir con las llaves, pero no pude, las despegué de la cerradura y gire la chapa, mi casa no estaba cerrada con llave y no recuerdo haberla dejado sin cerrar con llave. Entre caminando casi de puntillas lo cual no entendí por que iba casi caminando de puntillas. Mi pecho se alivió al ver a mamá y papá sentados en el sillón y supuse que habían salido temprano del trabajo, pero al ver sus rostros mi pecho no se alivió del todo, mi madre estaba llorando.

—Mamá, ¿Por que lloras?—me hinqué a ella. Me miró a los ojos y no dijo ninguna palabra, me estaba asustando y quería saber respuestas así que miré a papá que estaba a un lado el no me miraba pero pude ver que se decidió a hablar. No sin antes soltar un suspiro.

—Ocurrió un problema—seguía sin mirarme.

—¿Qué clase de problema?, ¿Qué es lo que paso?—pregunté asustada, los mire a los dos exigiendo con mi mirada que hablarán rápido y me dijeran lo que ocurría.

—Nos... —hablo mamá entre sollozos—Nos corrieron del trabajo, nos quedamos sin empleo.

Y se soltó en un mar de lágrimas.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 12, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

True loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora