ㅡ¡Vamos niña, despierta! Tienes qué ir con tu loquero, no tengo todo el día para esperarte.ㅡ Dijo Marta, la encargada del orfanato con un tono de voz fuerte e imponente.ㅡMamá, un rato más...ㅡ Susurró Pía de forma cansada mientras se tapaba con las sábanas.
Todo estaba tranquilo, hasta qué la fuerte risa de Marta rompió el silencio.
ㅡ¡JAJAJAJA! Dios, qué niña más graciosa, piensa qué soy su madre.ㅡ Dijo con un tono burlón el cuál hizo despertar a Pía con una mala cara. No era la primera vez qué pasaba, ya ella estaba ascostumbrada a que todos en el Orfanato se burlaran de ella por esas veces que le decía mamá a alguien qué la intentara despertar.
ㅡYa Marta, no eres graciosa.ㅡ Dijo mientras se levantaba de la cama y le pasaba por un lado a la mujer como si ésta no existiese. Se dirigió al baño mientras escuchaba los gritos de su encargada.
ㅡNiña mugrosa, ¿a dónde vas?
Se escuchó el fuerte grito en toda la casa.
Pía, hizo caso omiso ante las palabras de la adulta. Estaba cansada, dolida. Todos los días era igual. Despertar, atender a los niños del lugar e ir a psiquiatra por "mejorar" su condición. Ya sabía claramente qué no habría mejora, era una pérdida de tiempo el ir a un lugar dónde sólo se molestaba cada vez más.
Tras haber atendido a la fuerza a los niños del lugar. Se vistió y tomó sus pastillas tranquilizantes para así ir a su destino, "Centro de Ayuda Psiquiátrica".
*
Al llegar al lugar, recibió un cálido saludo de la recepcionista. Lisa, la mujer de tan sólo 24 años y cabellera dorada le tenía cariño. No sabía el cómo o el por qué. Pía nunca había sido cariñosa con alguna persona. Amigos era lo qué menos necesitaba en ésta vida.
La miró por encima del hombro y continuó caminando hasta una oficina del segundo piso para encontrarse con Pablo, su psiquiatra de 53 años. El viejo le caía pésimo. Era el típico hombre qué se creía joven y andaba por la vida coqueteando con toda cosa qué se movía. No sólo era asqueroso por el hecho de qué era alguien hipócrita, era infiel. Teniendo una hermosa mujer e hija de 3 años, le iba mostrando el diente a todas y cada una de las mujeres qué veía. Obviamente, todas lo ignoraban. Es un viejo verde, qué se puede decir.
Entró a la oficina y cerró la puerta. Sin decir nada se sentó en el mismo sofá qué ocupaba todos los días. Odiaba el olor a piel qué éste tenía, odiaba el color, el sitio en el qué estaba. Lo odiaba todo. Empezando por quién la atendía.
ㅡPia, ¡Hola! Claro, pasa. ¿Cómo estoy? Bien, gracias por preguntar. ¿Estás feliz el día de hoy?ㅡDijo en tono sarcástico al ver cómo la adolescente entraba de mala gana y con mala cara al lugar, era típico de ella. Nunca le mostraba queja alguna por ésa forma de ser de ella "está loca" pensaba él sin darle importancia.
ㅡ¿Cree qué estoy feliz? Me aburre ver su rostro todos los días.ㅡ Dijo mientras desviaba los ojos hacia la gran ventana qué estaba detrás del desordenado escritorio del hombre.
ㅡPues, llegaste de una forma peculiar. Bueno, siempre llegas así. Pero, ¿Por qué nunca me preguntas cómo estoy? O me saludas.ㅡ Dijo esto tratando de ser "amistoso" y le mostró una sonrisa forzada a la chica qué se encontraba sentada en frente.
ㅡNo lo saludo porque fácilmente no me interesa el cómo se encuentre. Yo vengo a qué usted me "ayude" a mi, no yo a usted. ㅡDijo cruzándose de brazos y mirando fijamente a Pablo de mala forma.
ㅡTe preocupas más por hablarme así qué por arreglar ése suéter.ㅡ Dijo de forma amargada y mirando a la chica de forma retadora
ㅡSu escritorio siempre está desordenado y yo nunca le digo nada. ¿Sabe por qué? Porque no me interesa. Además, mi suéter está bien, con alfileres lo arreglo día a a día.ㅡ Sonrió de lado sin dejar de mirar al mayor con el ceño fruncido.
ㅡEs cierto, pero a pesar de mi desorden. En ése escritorio, tengo algo para ti.ㅡ Se levantó de la silla y se acercó al escritorio tomando una pequeña carta y a la entregó a la chica.ㅡ
Es una carta de tu madre. La trajeron ayer.
Al escuchar esas palabras y tener dicha carta de su progenitora en manos se quedó perpleja. Era la primera vez qué le llegaba una carta de esa mujer, la que la abandonó cuándo sólo tenía 2 años, la mujer que sólo vive por tener relaciones con hombres y disfrutar del dinero. La mujer, que al fin y al cabo por más que odie admitirlo, es su madre.
ㅡ¿Por qué esta mujer me escribe sin tener un poco de culpa?ㅡ Dijo apretando sus puños mientras tenía la carta sin abrir en sus manos. No le importó el arrugar el insignificante papel.
ㅡPía, ella... tú madre, está en la cuidad.
Donana
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【Rυη¹: ❝Iηѕαηιtу❞】
Romance《 Sinopsis 》 【Rυη¹】 【 ❝Iηѕαηιtу❞】 Pía, Una chica de sólo 14 años. Con una grave Condición mental. Vive en un Orfanato y su Día a Día es igual qué los anteriores, Un Ciclo Vicioso. 《 ¿Qué sería de ella?》 《¿Qué es lo qué en verdad quería ella?》 《¿A Qu...