EL REY THÁNDER
En los principios existía la magia. No la misma que creemos conocer. El sistema económico, político y social dependía de ella; era el primer poder. La mayoría de las clases sociales eran de la más alta categoría, aquellas que habían transitado por una excelente educación y gozaban una gran reputación. Añoraban la dedicación y el respeto. No existían conflictos sociales, desconocían la pobreza, el racismo, el abandono. Todo pueblo que nacía se mantenía desde el primer día al objetivo del crecimiento y el éxito.
Eran épocas de gran resplandor, de sociedades dedicadas a la profesión, al estudio, a la pasión de convertirse en un símbolo para las siguientes generaciones. El legado era cada vez más profundo, productivo y poderoso. El objetivo era el de llegar a crear una civilización perfecta y un mundo apto para cualquier ser vivo; en el que todos pudieran acceder a la magia.
Tal así era la ciudad de Cánnor. Un monumento al éxito de la civilización presente. Adornada de poder y magia hasta en los más profundos cimientos. Poseía cientos de gigantescas estatuas que representaban a eruditos dedicados a dar el ejemplo, aquellos que brindaron toda su vida al crecimiento constante, a la solidaridad. Económicamente se ubicada en el punto estratégico de las principales rutas comerciales. Si algún político se mostraba de carácter convincente, capacitado y altamente confiable, sin lugar a dudas provenía de Cánnor. No existía juez que diera un mal juicio. Civilmente poseía las clases sociales más destacadas. Sí, se podría decir que eran los dueños del mundo.
Thánder, un hombre alto de cabellos largos y negros, de un carácter, una voluntad y una firmeza tan grande que lo llevaron a convertirse en rey. Altamente capacitado para manejar asuntos de la naturaleza y la tecnología. Se casó con una bella mujer, tan alta como él y de melena dorada: Kalina, la reina. Su carisma fulguraba al pueblo, y junto a él formaban la pareja más amada y preciosa... porque así se los denominó: "la pareja amada". Fue el eminente grado de cariño y confianza entre ambos que los llevó al éxito, el mismo compartía la ciudad. Algunos afirmaban que el amor de los reyes mantenía la tierra de Cánnor. Fueron los años más luminosos, de entera hermosura, de satisfacciones y deseos cumplidos, de triunfos seguros y pura felicidad.
Kalina quedó encinta y traería al mundo el heredero de Cánnor. Primer hijo de los reyes. Y he aquí donde intervino "el Consejo".
No era un grupo burócrata de miembros de la realeza, sino que aconsejaban al mundo. Habían sido enviados por el Universo. Se personificaban y se hacían llamar así mismos: Vida, Muerte, Mal, Bien, Destino, Tiempo, Amor, y Odio. Aseguraban que el heredero sería aquel que convertiría alegrías en tristezas; y no solo ese niño que naciera sino todos los futuros hijos de los reyes. Según el Consejo, ambos estaban condenados a vivir solos.
La palabra debía cumplirse. El nacimiento del mundo se debía al Consejo, y sus mandatos eran la religión.
Sin embargo el hombre, envuelto de amor, progreso, lujuria, ambición y éxito. Dio media vuelta, dándole la espalda a los tronos en donde se hallaba el Consejo.
— Thánder — dijo la Vida. Su voz en la sala significaba un mal presagio. El rey quedó quieto a espaldas de aquellos seres, una energía poderosa lo detenía. — Quién traigas a la vida desde el vientre de tu hembra, morirá antes de ver el mundo.
Él, con su ceño fruncido y sin decir una sola palabra siguió su camino.
Entonces, los ocho seres decidieron matar al bebé en su nacimiento. Así, Kalina sostuvo en brazos a su hijo... muerto.
Pasaron dos años, en los cuáles un frío comenzaba a cubrir Cánnor. Se conocía por primera vez al invierno. Thánder volvió a ignorar la advertencia y su dama nuevamente embarazó. Entonces, a los nueve meses, el Consejo optó en no solo matar al heredero sino también quitar la vida de la reina, para que nunca más Thánder volviera a desobedecer.
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Fragmentos de la Estrella
FantasyUn vistazo a diferentes capítulos de Estrella Del Medio.