Kyungsoo se despierta al notar cómo el áspero asfalto le araña la cara, y el olor húmedo y terroso de la llovizna le asalta la nariz con cada bocanada de aire que inspira. Es la clase de lluvia que lleva cayendo semanas. Fría, cansada, que trae olor a humedad. Lluvia de primavera. Hace mucho tiempo que no llovía así en Seúl. La cara le duele cuando su piel se restriega contra el asfalto, mientras se estremece y se esfuerza por levantarse del suelo. El pavimento está húmedo y frío bajo sus dedos, y las gotas de lluvia salpican la parte de atrás de su cabeza. Se nota las mejillas sensibles, en carne viva, y le duelen los huesos. Cuando consigue incorporarse y quedarse sentado, el suelo está salpicado de manchas oscuras que no parecen deberse a la lluvia. Parece que hacen juego con los largos arañazos sangrantes que hay en las palmas de sus manos. Kyungsoo sisea cuando las gotas de lluvia golpean donde la piel está desgarrada.
Aún puede oír el eco de su corazón, que late fuerte e insistente en el silencioso aire de la mañana. Porque decide que aún es por la mañana temprano al mirar el color gris pálido del cielo. Las calles están vacías, empapadas de persistente sueño. Le lleva un rato que sus extremidades le obedezcan otra vez, sus dedos aún están rígidos a causa de los últimos restos de adrenalina. Tiene que pararse a respirar hondo un par de veces, intentando decidir dónde se encuentra. Las calles le resultan familiares, a un par de manzanas del garaje. A un par de manzanas de su piso. Se tropieza una y otra vez, pero el paseo no se le hace tan largo. Los corredores matutinos y los ejecutivos apenas le dirigen una mirada cuando se lo cruzan. La llovizna no es suficiente para empaparlo, pero la fría humedad le provoca escalofríos, colándose a través de sus capas y capas de ropa.
Las ventanas de la primera habitación empezando por la derecha del segundo piso de su edificio están abiertas cuando llega ante él. Kyungsoo se para al pie del edificio, mirando hacia arriba, mirando hacia las ventanas abiertas, y se siente algo perdido y desorientado. Hay un Genesis Coupé negro aparcado en la calle, y Kyungsoo se acerca a él y se apoya, sopesando sus opciones. Se palpa con la mano y se saca la cartera del bolsillo trasero de su pantalón. Lleva dinero suelto, tarjetas, una polaroid embutida de cualquier manera, un fajo de recibos. Kyungsoo se separa del coche, lanzando una última mirada a las ventanas abiertas antes de girarse y echar a andar en dirección contraria.
Pasa junto a un puesto de periódicos y coge uno, echa un vistazo a los titulares y le fallan las fuerzas cuando mira la esquina superior derecha, justo sobre «El impuesto sobre la renta asciende un 2.4%» y «Colisión múltiple en el Puerto Norte de Incheon». Vuelve a poner el periódico en su sitio cuidadosamente, y cuando alza la vista, hay alguien mirándolo fijamente desde la ventanilla bajada de un Hyundai azul parado a un lado de la calle.
—Hey —el conductor le sonríe—. ¿Quieres que te lleve? Parece que te hace falta.
Kyungsoo camina arrastrando los pies. Aún llueve.
—Estoy bien.
—Eres Kyungsoo, ¿verdad? Te he visto por las pistas. Me llamo Jongdae —el conductor sigue sonriendo, y saca una mano por la ventanilla, ofreciéndole un apretón de manos. Sus arraigados modales lo impulsan a dar un paso adelante y aceptarlo—. No, en serio, insisto. Está lloviendo, y parece que acabes de salir de un accidente de coche —dice, y sus ojos se desvían hasta los rasguños de los brazos de Kyungsoo. Éste retira la mano—. Te llevaré a casa, sin problemas. ¿Está muy lejos?
Kyungsoo se muerde el labio inferior.
—Yo... Está bien. No tengo adonde ir ahora mismo —es otra forma de decir que no tiene ni puta idea de adónde va, la verdad.
Jongdae parpadea, con las cejas arqueadas.
—Oh.
Y de algún modo, acaba en el asiento del copiloto del Hyundai, totalmente quieto, con las manos sobre su regazo en un cuidadoso intento de no manchar de sangre la tapicería; mientras que Jongdae le lanza miradas periódicas durante el tiempo que dura el viaje. Tal vez podría ayudarle, le dice Jongdae. Kyungsoo considera sus posibilidades, sopesa los pros y los contras y calcula el riesgo compuesto.

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Arbitrage - KaiSoo
FanfictionHay tres pistas en la vida de Do Kyungsoo. Pista A: comerciante en un banco de inversiones. Pista B: nuevo recluta de un equipo de carreras llamado EXO. Pista C... incluye a alguien llamado Kai, enamorarse y un montón de malas decisiones. ♣Three Sh...