El amigo de papá.

Oneshot

El amigo y socio de papá es un hombre no muy alto, de apariencia dura y aura hostil. Un hombre bajo que, a pesar de ello, impone presencia e infunde respeto —o miedo— tan solo con una mirada.

El amigo de papá es varonil y guapo.

Creo que me lleva por 10 años o tal vez más.

El amigo de papá me gusta. Me hace sentir extraño y caliente.

Siempre me observa, profunda y a su vez discretamente, como desnudándome con su mirada; cuando papá esta distraído me gusta provocarlo, darle algo más que ver, coquetearle.

Ser observado por él, es... divertido.

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A escondidas tomé el celular de papá una noche y busqué su número. Lo guardé en una nota por días. No tenía el valor de enviarle un mensaje, ¿y si me acusaba con papá?

Hace unas semanas nos acompañó a cenar, la cena era normal y tranquila, hasta que tocó mi pierna por debajo del mantel y me masajeo el miembro por encima del pantalón cuando mi padre estaba en el tocador, pero su expresión seria no cambio nunca; ojalá hubiese podido tocarle yo también, si no hubiera estado paralizado por el miedo de ser descubiertos.

— ¿Listos para irnos? —Nos preguntó papá al volver.

Tenía una pequeña erección, pequeña, pero visible en mis pantalones ajustados, mi rostro se volvió lívido, sin saber qué hacer para no pararme y quedar expuesto, hasta que él hablo.

—Eren y yo tenemos ganas de postre, Grisha. Queremos helado de chocolate, pero te esperamos antes de ordenar, a ver si te nos unes. —Me guiñó un ojo.

—No tenía idea de que a Eren le gustara el chocolate.

—Sí, papá, queremos helado —le seguí el juego, mi padre me miro contento y yo le sonreí, necesitaba tiempo extra.

¿Esa era su manera de tomar la responsabilidad de sus actos?

Me confunde, me marea.

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Mucho tiempo después de eso, me envió un mensaje:

[Sé que te gusto.] Me escribió, yo sabía que era él, aun guardaba su número, para el día en que me envalentonara —aunque ese día no había llegado—, pero fingí demencia.

[¿Quién eres?] Le pregunte.

No me respondió, probablemente también temía que le acusara. Me armé de valor en los días siguientes y volví a enviarle otro mensaje.

[No le diré a papá, yo también sé que te gusto.]

Platicamos, todas las noches, por varias semanas.

Frente a mi padre se comportaba como siempre, por mensajes de texto me hablaba sucio y vulgar, de todo lo que me haría si tan solo tuviera oportunidad. Lo amaba, amaba como me hacía sentir sin ni siquiera tocarme. Comencé a masturbarme pensando en él, rosándome como si fueran sus manos las que recorrían mi cuerpo, pero no era suficiente, nunca lo era, lo deseaba, deseaba que me tomara y me tuviera debajo de su bien esculpido cuerpo.

[¿Cuándo te decidirás y me follarás?, ¿o le temes a mi padre?] Lo provoqué.

[Mocoso, iría en este mismo instante por ti y te llevaría a un hotel, por todo el fin de semana, si es que no tuvieras hora de dormir.]