The Blue Eyes Girl『Yukine』

|Parte Única|

Título; The Blue Eyes Girl.

Personajes; Yukine y Yuna Okami.

— Diálogo.

«Pensamientos»

Recuerdos.

(...) Cambió de escenario o tiempo.

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Corría lo más rápido que podía, sus piernas le fallaban, pero no podía detenerse.

«Yuna, esto me recuerda a cuando nos conocimos» pensó él, recordando la manera tan extraña al que se conocieron...

Sus zapatos habían quedado empapados, al igual que toda su ropa. Corría intentando buscar refugio, algo imposible, eran las 10 de la noche y nada estaba abierto. Vio un rincón, y sin dudarlo se metió allí, había un pequeño techo que medio la protegía de seguir mojándose, algo que ella agradecía.

— ¡Que frío! Debería ir ya a casa...—dijo frotando sus manos desnudas. Mordiendo su labio inferior con nerviosismo.

—Sí, deberías irte a tu casa — la rubia saltó del susto, alejándose del techo, mojándose de nuevo.

— ¿¡Q-quien eres t-tu!?

— Soy Yukine...

Ella lo observó con detenimiento, camino lentamente hacia él y volvió a quedar cubierta con el pequeño pedazo de techo. — Y... ¿Qué haces aquí?

— Lo mismo que tú, espero a que deje de llover... Pero a diferencia de ti, a mí nadie me espera.

La chica medio entendió lo que dijo Yukine, dejo salir un jadeo de sorpresa. Aparto la mirada y pensó en su vida.

Sus padres no la trataban mal, solo hacían las cosas por su bien. Su hermana tal vez no la odiaba y solo quería su atención. En el Instituto no le iba mal, era una muy buena estudiante y la gente la trataba bien... Entonces... ¿Por qué siempre se quejaba de su vida?

— Podrías quitar esa expresión de compasión, por favor —dijo el chico con cara de aburrimiento.

La lluvia casi se detenía por completo y el cielo volvía a quedar de un tono azul oscuro, lleno de brillantes estrellas.

«Que hermosas son» pensó Yuna, saliendo del pequeño techo. Yukine al contrario de quedo bajo el.

— Eh... ¿Por qué no sales?

— Ve a casa, Yuna... Tus padres te están buscando.

Después de que Yukine habló unos gritos se hicieron presente, "¡Yuna! Cariño, vamos a casa" ella sabía exactamente de quienes provenían; sus padres.

— Tal vez huir de casa fue estúpido —dijo mirando al chico rubio, se despidió con la mano y corrió hacia donde provenían los gritos.

Sonrió al sentir como aquel desconocido no tan desconocido, le decía adiós.

«El luego ser amigos solo hizo que nos uniéramos más» él corría sin detenerse, no podía darse el lujo de hacer eso. Y para no dejarse llevar por el cansancio opto por recordar...