¿Qué es Tokio Hotel? (por Emma)

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Me tiré en la cama cansada del día ajetreado que tuve, no sólo la sesión de fotos para la campaña de L'Oreal sino las extenuantes horas de gimnasio con mi novio Viktor, él también es modelo, así que mantenernos en forma es por lo que nos pagan. Giré sobre el colchón esperando oír a mi madre o padre, pero al parecer tenía la casa vacía, solo para mí. Podía llamar a Viktor y darnos un encontrón, pero no, hoy estaba tan cansada que ni ganas para el sexo me quedaban.

Me estiré y percibí un olor desagradable, era el sudor mezclado con los cigarros que fumaba Viktor, quise vomitar; me desnudé enseguida y arrojé la ropa en el cesto. Entré a la ducha y me quede un rato pensando en lo que mañana tendría que hacer. Otra vez gimnasio, ir a hablar con mi representante sobre la campaña de PETA que quería que me consiga, etc.

Escuché mi celular sonando, maldije a quien se le ocurriese llamarme en medio de una ducha que necesitaba. Seguía sonando "Cake by the Ocean" mientras me envolvía en la toalla y salía. Cogí el cel y miré quien molestaba, mi mejor amiga Roxanne.

- Rox- le contesté sin ganas

- Emms!- gritó emocionada- Emms tienes que salir

- ¿A dónde?- gruñí- estaba a la mitad de una ducha caliente. Estoy súper cansada, estaba matándome en el gimnasio con Viktor.

- Ábreme la puerta- gritó y pude escuchar su voz en el pórtico

- Mierda- le grité- estoy desnuda

- ¿Cómo si no te hubiera visto ya?- se burló

Mientras me colocaba las bragas y el brassier seguía oyendo a Rox por el altavoz que gritaba, mi mejor amiga era como un torbellino de energías y buenas vibras. Seguramente iba a arrastrarme a algún lugar donde ella bailaría con medio mundo y yo recogería su ebrio trasero para llevarla a casa.

- ¿Sabes la inmensa cantidad de problemas en los que me vas a meter el día de hoy?- le gruñí abriéndole la puerta. Entró de un salto y fue como una explosión de color, se había puesto un ajustado vestido color amarillo patito corto y muy ajustado.

- Tienes que hacer algo por mí- pidió dejando su cartera encima del sofá de la sala

- Si quieres que te consiga un chulo, creo que podrías llamar la atención parada sola en una esquina- le comenté

- Eres muy graciosa- dijo ella saltando delante de mí como un conejo drogado- tienes que venir conmigo

- ¿Tenías que hacer planes justo hoy?- pregunté

- ¿Hazlo por mi si?- pidió- mira me arrodillaré- se hincó en el suelo delante de mí, vi la suela roja de sus tacones Luis Vuitton y sonreí.

- ¿Sabes que esto se ve demasiado extraño?-dije obligándola a pararse- estoy en ropa interior y tu arrodillada frente a mí- Esto no es un juego, mi vida no es un juego

- Debería serlo, no tienes 50 años, no estas acabada- Se limpió las rodillas y me encaró- antes solías ser muy divertida.

Subí las escaleras con ella pisándome los talones, estaba muy furiosa; sí alguna vez había sido muy divertida pero no podía tener excesos por mi vida. Me pagaban por verme bien.

- Maduré- dije sentándome en mi cama

- Yo también maduré- dijo ella- pero es sólo que tú te volviste una Barbie de plástico sin emociones y adicta al gimnasio.

- Ok, ok- solté- iré. Pero si tengo que arrastrar una vez más tu trasero ebrio hasta tu casa, me enojaré contigo y no, no te perdonaré por un montón de zapatos.

- Hoy no pasará nada de eso- dijo feliz- te tengo que presentar a alguien, creo que es el indicado- abrió mis cajones y empezó a rebuscar- ¿en serio tienes un cuerpo de diosa y sólo tienes ropa de abuela?

- Que sea modelo no significa que deba ir por el mundo mostrando toda la carne posible- le di una mirada de escrutinio- pero entiendo a qué te refieres- fui hasta mi armario y saqué un vestido de encaje negro burgundy- Antes de ponérmelo por favor podrías decirme ¿a dónde vamos?

- A un concierto- me respondió sacando un par de zapatos de tacón.

Agarré el vestido y lo volví a meter en el ropero, si iría a un concierto no iré como una prostituta a media nalga. Agarré un par de jeans negros rasgados, un crop top blanco y una casaca de cuero.

- No puedes ir así, te ves común- se indignó.

- No iré desnuda a un concierto- le dije sacando unos botines de tacón ancho y poniéndomelos- he dicho- concluí al ver que iba a decir algo.

Levantó los brazos como si se diera por vencida, tomé las llaves de mi auto y salí de mi habitación.

- ¿No te vas a maquillar si quiera?-chilló

- Lo haré camino al lugar- le dije- no necesito mucho, sudaré como un puerco en ese lugar.

La tomé de la mano y saqué de mi casa, encendí mi auto y avancé según las instrucciones que me daba. Al parecer el local era un pequeño bar en el centro de la ciudad, cuando paraba en los semáforos me ponía el maquillaje y arreglaba el cabello, un estilo desordenado y rockero era lo que quería dar.

- Te ves bien- admitió mi amiga cuando me puse el labial granate.

-Gracias por traerme- acepté- mi idea de hoy era dormir y ver películas en el ínterin de eso.

Nos reímos; era todo lo que quería hacer, reír y sentirme otra vez viva. Conduje a velocidad por las calles y aparqué donde había una cola inmensa de gente.

- No me digas que hay que hacer esa inmensa cola- bufé- sé que mi trabajo es caminar con tacos, pero otra cosa es hacer colas. Odio las colas

- No te preocupes- dijo Rox bajando del auto- tengo la solución para todo eso- sacó de su bolso unos papeles y los agitó frente a mi cara.

Baje del auto y me pegué a mi amiga, su corta cabellera rubia se agitaba con cada brinquito de felicidad que daba, se acercó al de la puerta y le dio sus papeles. El chico revisó en su computadora y asintió, le dio dos bolsas y unas credenciales muy lindas.

- ¿Qué tanta cosa hay en esas bolsas? – pregunté mientras ella me jalaba hacia una mesa cerca del escenario.

Ella sacó de su bolsa un par de guantes muy raros y un brazalete que tenía toda la pinta de ser un reloj. Me pasó mis cosas y la credencial, en él sólo leí Tokio Hotel, Pack FIA.

- ¿Qué es Tokio Hotel?- le pregunté

- Ya verás-dijo emocionada


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