Una banda llamada Venom

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(Esta historia esta sujeta a posibles modificaciones Capitulo por Capitulo, dado que no es completamente de mi única autoria, si no que es compartida)

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No éramos una banda grande, éramos más bien solo un grupo de críos queriendo ser los mejores, como otro montón de grupos más. ¿Que cual era nuestra diferencia con ellos?, es que nosotros teníamos talento, así es, éramos geniales, de los barrios bajos, de pasados oscuros, pero nada nos impidió tocar música, ni el dinero, ni la mierda de vida, nada nos detuvo en nuestro intento de formar una banda.

Soy Kyle Herminian, el guitarrista de la banda, y esta es mi historia.

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-¡¡No pienso seguir tolerando tu actitud de mierda Aaron, si vas a tocar con nosotros, deberás al menos tener respeto por nosotros!!

-Kyle, contrólate, que no te ha hecho nada

-No me detengas de decir esto, Dex, ese sujeto está sacándome de mis casillas con su pose de chulo y su cara de "me importa una mierda tu opinión", ¿acaso no te irrita a ti?

El ardor en la habitación era patente. Aaron, el baterista, estaba en esos momentos sentado en un viejo sofá, mirando a los otros miembros de la banda como quien mira moscas volando en la habitación.

Dex, el bajista, miraba al piso de madera, apenas trabajado, con una mirada de culpabilidad de quien también hacia algo malo pero que sabía que no debía. Estaba así cuando "El jefe" (un sujeto del que aún no sabían su nombre real) puso su mano sobre el hombro de Dex.

-Déjalo así Kyle, no sacaras nada. Nos dejó plantados quien sabe porque, pero solo espero que no se repita de nuevo. ¿Está claro Aaron?

-... Como digas Jefe. – dijo el menor con una cara de molestia, pero al final de cuentas, al Jefe era al único hombre al que le respondía.

Con una cara de enfado, Kyle salió del cuartucho, abrió la puerta del pequeño departamento de tercera y cerró la puerta de golpe al salir.

-Está muy molesto...

-Es lo normal, Dex, su sueño es ser el mejor, y pareciera que Aaron lo boicoteo al faltar...

Aaron, el chico pelinegro, de unos 14 años, mirada perdida y fría, de color azul, cuerpo delgado y fibroso, se levantó del sillón y se encamino a la salida del departamento, sin tanta parafernalia como su antecesor, salió y se fue a la azotea.

Dex y el Jefe solo pudieron suspirar. El pelirrojo bajista de esmeraldas ojos y de 19 años sonrió melancólico y miro al Jefe.

-¿Quieres una cerveza?, siento que necesito una...

-Te acompaño.

El alto muchacho, de ojos castaños, eternos lentes de sol y cabeza rapada le dio una palmadita en la espalda a Dex mientras se encaminaban a la nevera para poder tragar algo frio.


-Estúpido Aaron, cree que el mundo es suyo solo porque toca la batería como un jodido genio... bastardo...

Kyle era un chico de 15 años, un mocoso de cabello teñido de verde (su color original era rubio), unos ojos color plata brillantes y alocados, piercing en ceja y oreja, además de un tatuaje en su omoplato derecho que parecía la mira de un arma.

Saco una cajetilla de cigarros y uno de ellos termino en su boca, no quería pensar de mas, terminaría por amargarse la vida en demasía si seguía dándole vueltas al asunto.

Su cabeza era un remolino de preguntas sin responder, pero a todas las había dejado de lado(o al menos intentado hacerlo) para llevar su perra vida de forma más tranquila...

La banda vivía en un pequeño departamento que compraron Dex y el Jefe, él solo llego ahí siendo arrastrado por el bajista debido a las malas condiciones donde vivía anteriormente. Aaron se unió después de que el Jefe lo viera tocar en un pequeño bar de la ciudad. Según propias palabras de Aaron, no tocaba en serio, solo quería descargarse con la música y lo lograba sin su molesta interrupción. Por qué entro a la banda finalmente era todo un misterio que el Jefe y Aaron se reservaban y que no habían compartido y que posiblemente nunca compartieran.

Habían iniciado trabajando en un bar céntrico, no muy conocido. El bar en cuestión se llamaba Destiny y era propiedad de la actual novia del Jefe, una chica de cabello negro largo y ondulado, piel pálida y una mirada de ojos verdes, coqueta y muy apasionada por la música. Era como la hermana mayor de la banda y siempre trataba como niños a Kyle y Aaron, aunque claro, las actitudes de estos dos preadolecentes rayaban más en la decadencia que en la inocencia de la juventud.

Ahí se presentaban todos los viernes y sábados, esperando pulirse lo suficiente, sacar suficientes canciones para poder mandar un demo a una disquera que los quisiera promocionar. Kyle le ponía mucho empeño a practicar con su guitarra, y en ocasiones hacía de segunda voz de la banda, le gustaba, la música lo liberaba de alguna manera.

Estaba pensando en que debería practicar y descargar toda su ira en la música cuando ve a Aaron llegar a la azotea donde él estaba descansando. 

Una guitarra y un tragoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora