Un jueves por la mañana, día de trabajo, un jueves común y corriente en la vida de Fernando, ya eran casi 10 años desde que llego a ese lugar, no era lo que pretendía, pero necesitaba trabajar y en la capital el trabajo era mal remunerado, él sabía que debía estar en esa isla para poder juntar dinero por lo cual no era mucho lo que reclamaba, al fin y al cabo, todo era para mejor. El hervidor casi estaba listo y la tostadora sonó, el pan estaba listo y el agua ya estaba hervida así que no demoró en sacar el café del estante para poder servírselo, no se bañaba aún hacia mucho frio, había nevado toda la noche y por accidente dejo la ventana del comedor abierta- era su costumbre en la capital como allá siempre hacia calor en las noches dejaba todas las ventanas abiertas para que estuviera fresca su casa-. No demoro en comer su pan con mantequilla el café aun lo seguía paseando por su pequeña pero cómoda casa que arrendaba, dejo correr el agua hasta que al fin salió tibia y se metió a la ducha, ya se hacía tarde, termino de bañarse y se fue rápidamente a su pieza, comenzó a vestirse-pantalones negros y una camisa de cuadros que le había dado su madre antes de partir a la isla.
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La casa de los limites
HorrorEsta historia toma sus inicios en una ciudad, más bien en una isla donde no pasan mayores noticias que sean de envergadura nacional y donde la noticia más importante son las fuertes lluvias que se dan en el invierno y las fuertes nieves que tapan de...