Capítulo final.

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Me dirigí hacía la puerta en busca de la cerradura. Antes de cerrarla, observe por ambos lados, en caso de ser atrapado en el acto.

Ojos asustados, llorosos y suplicantes. No iba a tener arrepentimiento. Ambos íbamos a ser felices juntos.

Sus piernas no tienen fuerza para correr. Me grita y suplica, pero lo único que puedo ver, es lo hermoso que es. Se abraza su estómago y pide que lo perdone a él. Su bebé no tiene la culpa, pero mi cordura se ha perdido. Estoy acabado.

Agarré su pelo, en una maniobra firme. Fino y sedoso, tanto así, que si no lo sostenía fuerte, se me resbalaría de las manos. Su vista fija en el suelo, como si este fuese lo más hermoso del mundo.

Me agaché y lo obligué a verme, tirando fuertemente de su cabello.

-Hermoso –le susurre–. Una belleza pura.

Con mi mano aún en su pelo, tiré de él y lo arrastré hacia el centro de la cabaña, en donde estaba la mesa junto con las sillas desparramadas.

Mientras lo arrastraba, los gritos y suplicas llenaban el silencioso salón de la cabaña .Agarrando su cuerpo, tan liviano como una pluma, lo arrojé sobre la mesa sin piedad. Ya irritado, puse el martillo a un costado de la mesa y grité desesperado.

-¡CIERRA LA PUTA BOCA! CALLATE O TE CORTO TU BONITA LENGUA.

-POR FAVOR AYUDENME, CHANYEOL, POR FAV-

Jalé su pelo para evitar que siguiera, después de eso lo solté. Me puse encima de él, colocando mis rodillas en sus brazos junto con sus delicadas manos haciendo presión, impidiendo que se moviera. Con una de las manos disponibles busque unas tijeras que estaban en mi bolsillo izquierdo del pantalón, luego de encontrarlas, agarré su lengua que estaba mostrándose durante los gritos y la corte en un solo intento.

-Ahora ya no me rechazarás ni gritarás –dije en un tono tranquilo.

Me bajé de encima para sacarme el cinturón y rodearle las manos. Luego de eso, busqué el martillo que se había caído durante el momento del crimen, mientras el hombre que tanto amaba agonizaba por la pérdida de sangre que derramaba su lengua. Agarré una parte de mi remera y la rompí para colocársela en la boca.

A continuación, me dirigí hacia la otra punta de la mesa, levanté la herramienta de mis manos al aire, teniendo en la mira unos hermosos tobillos blancos y los golpeé, haciendo que salgan unos hermosos hematomas y sonidos de huesos rotos que cabían perfectamente en mis oídos. Mientras contemplaba la escena, el hombre en frente mío que se retorcía por el dolor producido.

Lo miré y supe, que incluso sufriendo por los maltratos recibidos, seguía viéndose hermoso.

-Con esto ya no correrás lejos de mí, ahora te quedarás siempre conmigo.

Trepé sobre la mesa y me coloqué sobre sus piernas, nuevamente levanté el martillo, pero ahora esté apuntaba a un hermoso vientre.

-Ahora la mejor parte, sacarte ese error.

Una, dos, tres veces golpee esa parte del cuerpo. Tanto fue, que ahora solo eran huesos rotos, hundidos por tanta fuerza.

Kyungsoo temblaba debajo de mí y sabía que no era por el frío de la cabaña. Me deslicé por la mesa hasta llegar a su rostro y le besé la frente.

-Mío –me expresé con mucha dominación.

Me baje de la mesa y me dirigí a la cocina, directo hacia los cajones, los arrojo cada uno al piso, y en la desesperante búsqueda descubro lo que tanto quería, un cuchillo.

Centro pálido y rojo (Kaisoo/Chansoo).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora