Capítulo 1

111 13 10
                                    

"Todos tenemos luz y oscuridad dentro de nosotros, lo importante es lo que decidimos"  Harry Potter y la Orden del Fénix

Harry tenía una o dos cosas en común con el niño que vivió, una de estas cosas era su nombre, también sus ojos verdes, simpatizaba con la tragedia de haber perdido a sus padres, pero nada más. Había escuchado su nombre cientos de veces en los pasillos de Hogwarts, también había visto su rostro. Lo había visto salir del laberinto en el torneo de los tres magos, arrastrando el cadáver de Cedric Diggory, lo había escuchado decir que el-que-no-debe-ser-nombrado había regresado, su nombre aparecía en muchos periódicos. Y tenía curiosidad, se preguntaba que clase de persona era Harry Potter. 

Eso pensaba, observando a Harry Potter subir al tren, junto a sus amigos, Granger y Weasley, desde su ventana.

Harry Styles era un sangre pura, su línea de sangre era casi perfecta, su familia era una de las más influyentes y prestigiosas. Sus padres habían sido mortifagos en un tiempo, por lo que había uno u otro que arrugaba la nariz al escuchar su apellido. Pero sus padres estaban muertos, asesinados por mano de el-que-no-debe-ser-nombrado. Y esa era la sexta vez que había estado solo en la estación de King Cros, observando a los padres despedirse de sus hijos. 

Exhaló un suspiro, arrastrando su baúl hacia el vagón de los prefectos. Era una mierda que aun fuera menor de edad, por lo que no podría hacerle un encantamiento al baúl para que fuera más liviano, ni aunque lo quisiera.

Lo que ocurrió a continuación fue más culpa de la otra persona que suya. Pero, de todas maneras, ambos se dieron de bruces contra el otro.

—¡Oye, tú! —Le reprochó el más bajo, haciendo como que no escuchaba las risas de sus amigos Gryffindor— ¿Por qué no miras por dónde caminas?

Harry entornó sus ojos hacia él. Tenía un lacio cabello castaño, que le caía sobre la frente, ojos azules, pómulos altos, labios delgados, estatura promedio. Habían dos chicos a cada lado de él.

—Lo siento, te confundí como una hormiga. La próxima vez, miraré hacia abajo —Siseó, en voz baja, sabiendo cuantos les molestaba a los de estatura pequeña que se burlaran de ellos— Ahora, si pudieras darme espacio... Te estaría agradecido —Le dio una sonrisa hipócrita, dejándolo boquiabierto.

Al llegar al sitio de reunión de los prefectos, se dejó caer en un asiento apartado de todos, pero lo bastante cerca como para escuchar las indicaciones que les daban (al final, le tocaron las rondas nocturnas los fines de semana). 

Él, además de una chica de Hufflepuff, era el único prefecto de sexto año. Los demás eran Draco Malfoy y Pansy Parkinson de Slytherin, de los cuales solamente Parkinson era lo bastante insoportable, mientras la fanfarronería de Draco por lo menos se podía pasar por alto, siendo los Styles amigos de los Malfoy por décadas. Los saludó con una inclinación de cabeza.

El chico de Hufflepuff era Ernie MacMillan. De Gryffindor, los dos amigos de Potter, Hermione Granger y Ronald Weasley. Y de su casa, Ravenclaw, Padma Patil.

Harry vivía con su abuelo, que había estado enfurecido al enterarse de que su nieto no había sido seleccionado a Slytherin, si no a Ravenclaw. Esa fue la primera decepción, después vinieron muchas más, cómo que prefería sentarse a leer que jugar Quidditch, o que prefería besarse con un hombre que con una mujer, o que lloraba con películas tristes. Harry era una decepción en sí para su familia. Pero eso nadie tenía porqué saberlo.

Su abuela, en cambio, era una mujer comprensiva, aunque algo obsesionada con la pureza de sangre. Y como Harry era su único nieto, lo amaba como a su propio hijo (al cual había perdido).

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 05, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Magic and Fireflies; Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora