Yuri

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Estaba durmiendo plácidamente, cuando sonó ese ruido. El móvil no paraba de vibrar y para colmo Svetlana vino a mi habitación a molestarme.

-Venga que es el primer día- me dijo con una sonrisa

-Déjame en paz, Svetlana- contesté fríamente

- Muy bien, tu lo has querido- y seguido encendió y apagó repetidamente la luz de la habitación.

- Vale, vale ya bajo- se fue con una sonrisa de victoria, como siempre, la quería mucho pero también odiaba ese aspecto de victoria que tenia siempre en la cara.

Me vestí con unos vaqueros y una camiseta básica negra ajustada especial para el primer día. Había repetido curso debido a no entregar trabajos, pero a pesar de ello mis calificaciones eran excelentes y era el presidente del consejo escolar.

Bajé diez minutos más tarde.

-Quítate esa camiseta ahora mismo- dijo mi madre sin mirarme

- Mamá ya tengo 17 años , creo que puedo hacer lo quiera- contesté juguetonamente

- Mientras estés en mi casa harás lo que yo te diga-

- Mamá no me da tiempo, adiós- dije mientras cogía una madalena con una mano y a Svetlana con  la  otra mientras terminaba su desayuno.

Salí oyendo los gritos de mi madre y con mi hermana forcejeando. De camino al colegio noté que mi hermana ya no me seguía, porque se había parado a hablar con dos extraños a si que me acerqué y me presenté.
Al parecer se llamaban Maxim e Irina e irán a nuestra clase, lo que es extraño porque somos hermanos al igual que ellos.
Nos presentamos y juntos caminamos hasta el colegio, durante ese trayecto yo les explique varios consejos como los que da un hermano mayor a sus hermanos más pequeños, pero sobre el colegio, ya que me considero un "veterano" de este.

Cuando llegamos al colegio nos llevan al salón de actos para hacernos la presentación de los profesores y el programa del curso, yo estaba atento cuando de repente la vi.

Nada es (im)posibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora