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CAPITULO NARRADO

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BRIDGET'S POV

Estoy de camino a casa cuando recibo el último mensaje de nuestra conversación. No sé quién me está mandando esos mensajes, ni si es peligroso, pero no me importa y giro bruscamente para ponerme en camino al hospital.

La larga carretera me hace imaginarme miles de teorías posibles cada cuál más improbable. No puedo dejar de pensar que está pasando y si todo esto es una especie de broma pesada, pero algo dentro de mi me dice que debo tener cuidado. Estoy por llegar al hospital y a medida que me aproximo mi temor aumenta más y más. 

Una vez en la entrada puedo ver el flamante auto rojo de mi novio, avanzo por el césped embarrando mis tacones, pero eso no importa ahora. Intentando no hacer ruido me adentro en este tenebroso hospital. Y digo tenebroso por la historia que tiene, el mismo Justin me la explico –Hubo un brutal asesinato en el cual nunca se encontró al culpable ya que las cámaras de seguridad fueron destruidas con lo que piensan que fué un bate de béisbol. En el homicidio murieron una familia y 2 enfermeras que se encontraban dentro de la habitación.

Avanzo por el hospital preguntándome donde buscar primero, hasta que escucho gritos:

–¡Como le hagas daño a ella te mato! –dice la única voz que podría distinguir en cualquier parte.

–Lindo calmate, nada le pasará si acepta el trato  –¿Espera un trato? No puedo saber quién habla a pesar de que la voz me suena muy familiar. 

–¡Chantel suelta el arma ahora! Haré todo lo que pidas lo juro –¿Chantel?

Corro hacia esas voces lo más rápido que me permiten los tacones y me encuentro con una puerta cerrada. La empujo con cuidado. Puedo ver a Justin sentado en una silla, atado con unas cuerdas, y al cuerpo Chantel de espaldas a mí, con una pistola en su mano. Esa zorra las pagará, no se saldrá con la suya tan fácil, de eso estoy segura.

Justin dirige su mirada hacia la puerta y puedo ver como sus ojos se ven asustados, rápidamente aparta la vista para que Chantel no note que yo he llegado. Pero a la que pongo un pie dentro de la sala ella se gira. Creo que no debí haberme puesto tacones.

–Hola Bridget. ¿Me extrañaste? –Pregunta con una arrogante sonrisa. Perra.

–Ni un poco, Chantel –escupo su nombre con rabia–. Ahora si eres tan amable, suelta a mi jodido novio.

–Cuanto amor –dice con un claro sarcasmo– siéntate, ahora.

Me siento en la silla que se encuentra al lado de Justin y le tomo de la mano. Lo miro con expresión de que todo saldrá bien y luego me acerco para darle un beso en la mejilla. Él intenta girar la cara para darme el beso en los labios pero un disparo se hace presente.